La justicia mexicana informó que Saadi Gadhafi, hijo del ex difunto líder Moammar Gadhafi, intentó ingresar de forma ilegal a México.
La vocera de la presidencia mexicana Alejandra Sota señaló que gracias a la operación “Huésped” se logró el desmantelar una organización criminal internacional que pretendía hacer ingresar al país a Saadi Gadhafi y a su familia.
Alejandro Poiré, Secretario de la Gobernación mexicana, señaló que cuatro personas - dos ciudadanos mexicanos, una canadiense y un danés - fueron detenidas y acusadas de falsificación de documentos, tráfico ilícito de personas y crimen organizado.
“El plan para introducir de manera ilegal al señor Gadhafi y a su familia a nuestro país consistía primero en dotarles de identidades falsas con supuesta nacionalidad mexicana y las pesquisas permitieron tener conocimiento de que el ingreso se realizaría bajo los nombres de Daniel Bejar Jaram, Amira Sayed Naram, Noar Bejar Sayed y Sofía Bejar Sayed”, informó el funcionario gubernamental.
El Departamento de Estado de EE.UU. aseguró que desconoce si hubo cooperación de las autoridades estadounidenses en el operativo pero afirmó que ayudarán con el proceso judicial de los supuestos ciudadanos estadounidenses involucrados con la red criminal.
"Eso será algo que probablemente sería coordinado entre las agencias policiales, pero no conocemos ninguna conexión en este momento. De nuevo, elogiamos el buen trabajo de las autoridades mexicanas", dijo Mark Toner, vocero del Departamento de Estado.
Los amplios recursos económicos con los que contaba esta organización, le permitían alquilar vuelos privados entre México, Estados Unidos, Canadá , Kosovo y otros países de Oriente Medio para coordinar la ruta y logística.
Sota indicó que los arrestos se dieron a partir de labores de inteligencia luego de detectar el plan el 6 de septiembre de 2011.
Orden de aprehensión
El 29 de septiembre, la Interpol emitió una alerta internacional a petición del Consejo Nacional de Transición libio (CNT) por la presunta apropiación de propiedad a través de la intimidación armada cuando dirigía la Federación de Fútbol de ese país.
Desde Níger, en donde el presidente Mahamadu Issufu le concedió asilo en base a motivos humanitarios, Saadi negó “enérgicamente” las acusaciones.
El ministro interino de Justicia libio, Mohamed al Alagi, cuestionó los motivos para conceder el asilo y dijo que habitualmente es otorgado a personas que son perseguidas políticamente y no a personas que han practicado estas persecuciones.
