El Ministerio de Gobernación de Guatemala trasladó el domingo a unos 225 reos pertenecientes a la pandilla Barrio 18 para mejorar las condiciones de la prisión en la que estaban, reforzar las medidas de seguridad y evitar las extorsiones que se hacían desde la cárcel.
El ministro de gobernación, Francisco Jiménez, dijo a The Associated Press que el operativo busca "recuperar el control del penal, donde los reos estaban a la libre, y... reconcentrar y colocar a todas las clicas (grupos) de miembros de la pandilla Barrio 18 para ejercer un mayor control”.
En el operativo, que comenzó en la madrugada, las autoridades hallaron dentro de la prisión cocodrilos, un zorro gris y un mapache que estaban en poder de los pandilleros. También una silla especial para el uso de jugadores de videojuegos.
Jiménez dijo que la prisión donde estaban los reos llamada “El infiernito” —ubicada en el departamento de Escuintla, al sur del país— será remodelada y se convertirá en un centro de máxima seguridad.
Los presos fueron trasladados a otras prisiones, aunque las autoridades evitaron dar detalles específicos por razones de seguridad.
Al mediodía las autoridades realizaron un recorrido por la prisión que había sido modificada por los reos para acomodar habitaciones especiales, dijo la viceministra Claudia Palencia. En el recinto se encontró gran cantidad de electrodomésticos como refrigeradoras, televisores, aires acondicionados y hornos microondas.
“En un plazo de 30 días esperamos ya tener la remodelación. Hay cables por todos lados y conectores por todos lados, todo eso tiene que ser cortado”, dijo la funcionaria, que explicó que se utilizarán cámaras para mayor control.
Palencia dijo que varios electrodomésticos fueron autorizados incluso por jueces, por lo que hizo un llamado a los magistrados para que también contribuyan con la reforma.
Dentro de la prisión los reos modificaron incluso los pisos y los techos a su gusto y tenían internet y cable. El lugar también estaba decorado con grafitis en alusión a la pertenencia a la pandilla.
Sergio Vela, director del Sistema Penitenciario, dijo que la prisión remodelada estará a cargo de una guardia renovada y que cada uno de los agentes deberá pasar controles de seguridad y confiabilidad.
Hace una semana el Ministerio de Gobernación separó y aisló a cuatro de los principales cabecillas de la pandilla a quienes vinculó con la muerte de Jorge Sebastián Pop Chocoj, conocido como Farruko Pop, un indígena de 18 años que era famoso por su contenido en las redes sociales.
El joven desapareció durante seis días y su cuerpo fue localizado enterrado en una fosa en una casa deshabitada al norte de la capital guatemalteca, un área de influencia de los pandilleros. Su crimen habría sido para crear zozobra en la población, según las autoridades.
En abril Jiménez responsabilizó a miembros de Barrio 18 de ser los autores materiales e intelectuales de varios asesinatos ocurridos en la capital como parte de una pugna entre pandilleros.
“El Infiernito” ha sido epicentro de acciones violentas como la toma de rehenes y el ordenamiento de asesinatos selectivos. En 2017 el entonces director de esa prisión, José María Pérez Corado, fue asesinado. Según la fiscalía los guardias penitenciarios coordinaron su muerte con los pandilleros porque se negaba a brindarles privilegios.
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