La medida ha tenido un efecto inmediato. Unos días antes, la televisora estatal alemana había colgado unos contenidos en las redes sociales en los cuales recogía una información atribuida a la ONG Transparencia Internacional, que colocaba a Venezuela como el segundo país más corrupto del mundo:
“Ahora tienen una campañita dirigida por todos esos medios, entre ellos un medio nazi, de Alemania, DW, la Deutsche Belle, un medio nazi, diciendo que todos los crímenes que se cometen en el mundo hoy los cometen venezolanos” denunció Nicolás Maduro.
El director de la ONG Espacio Público, Carlos Correa, dedicada a la promoción y defensa especialmente la libertad de expresión y el derecho a la información, aseveró que la medida tiene un impacto importante porque se censura a otro medio de comunicación que no podrá ofrecer sus servicios en el país: “se reduce la oferta, la diversidad y el pluralismo en la esfera pública venezolana. Junto con eso tiene un impacto intimidatorio en otros medios , que dicen: ‘miren lo que ocurrió con este canal, también nos puede ocurrir a nosotros’” aseveró.
Para el analista político Manuel Rojas Pérez, más allá de un reportaje, se debe garantizar el derecho a la opinión y el derecho de que la gente tenga acceso a información y a diferentes opciones: “Y el gobierno nacional definitivamente no cree en ese sistema constitucional que le permite a la gente estar informada para poder tomar buenas decisiones y este es uno de los muchos ejemplos. Lo que pasó con este medio internacional pasa en Venezuela con radios, con otras televisoras, con periódicos” manifestó.
En los últimos años, el Gobierno de Maduro ha ido endureciendo su política contra medios autónomos o críticos. De acuerdo con la ONG Espacio Público, solo en 2022 fueron cerradas 78 emisoras de radio en el país y el total entre el 2003 y el 2023 ascendió a 285.
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