La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que más de 100 millones de personas en todo el mundo no tienen hogar.
Además, otros mil millones de personas carecen de una vivienda digna. En Estados Unidos, entre dos y tres millones de personas –menos del 1% de la población– nunca han tenido un hogar por más de un año.
Dos equipos de cuatro jugadores cada uno, incluyendo a los porteros, batallan por una pequeña pelota rojiblanca en el bochornoso verano de Washington. Más de 100 jugadores de diferente procedencia están aquí con una condición común: todos ellos han vivido sin hogar.
Lawrence Cann compró a estos jugadores para competir en la copa estadounidense de los sin hogar. Los voluntarios en refugios para desamparados, o en programas de tratamiento contra las drogas y otros centros de trabajo para la comunidad trabajan y entrenan a los jugadores durante todo el año.
Cerca de otros 50 países han incentivado experiencias similares, en las que todos los equipos están convocados para competir en la copa mundial de los sin hogar que se celebra en Australia.
Cann, que trabaja en un centro de extensión urbana en el estado de Carolina del Norte, dice que iniciar el programa de EE.UU. fue una decisión fácil de ejecutar. “He jugado a fútbol toda mi vida. Fui a la escuela para jugar a fútbol y me apasiona; he depositado toda esa energía del fútbol en la copa del mundo", expresa Cann.
Una meta por cumplir
Lawrence fundó la organización sin ánimo de lucro Fútbol de la Calle como una extensión a la de los sin hogar.
“Por lo general, en los servicios que atienden a los sin hogar les dejan pronto fuera de la vista o lejos del pensamiento, son fácilmente olvidados. Consiguen un hogar temporal para ellos y entonces pasan al siguiente. Nosotros construimos relaciones con la gente, una vez consiguen salir de la calle, nosotros hacemos un seguimiento de ese contacto. Permanecemos involucrados y esperanzados en mantenerlos alejados de la calle permanentemente”, explica.
Este programa ayuda a romper los estereotipos que se tienen sobre los sin hogar, añade. “Nadie elige ser un sin hogar, es un asunto social y todos somos responsables de ello. Si empezamos a observar a las personas como seres humanos podemos crear una estructura social que ayude a la gente a salir de esto”.
De los 700 participantes en los campeonatos de fútbol, cerca del 75% han logrado cambios positivos. Muchos de ellos han ido más lejos en educación o a la hora de conseguir un trabajo estable.
El objetivo de Lawrence Cann es alcanzar a los 10.000 sin hogar en los próximos 5 años.