Cada primavera se realiza el Festival de Cine Ambiental en la capital estadounidense.
“Es un festival colaborativo que, este año, cuenta con 110 organizaciones participantes. Y proyectaremos cintas en 56 diferentes lugares”, explica Flo Stone, directora y fundadora del festival.
Cines, museos y universidades presentan películas que ofrecen una perspectiva fresca de los temas del medio ambiente.
Por ejemplo, One degree matters trata sobre el destructivo impacto del calentamiento global, pero también lleva un mensaje positivo de que se puede evitar con energía renovable como la solar, dice su director, Eskil Hardt.
“Mostramos que la tecnología existe. Podemos empezar a cambiar el mundo mañana, si queremos”, dice Hardt.
Otras cintas incluyen The green house, documental que sigue la construcción de la primera casa en el estado de Virginia que no produce emisiones de carbono, y Coal country, documental que muestra cómo una técnica minera remueve pedazos de las montañas y emite gases contaminantes en las montañas Apalaches.
Muchos de las películas indican que el progreso medio ambiental está cerca. El cambio es posible, y sin él, dicen los cineastas, estaríamos perdidos.
