Los republicanos no amainan sus críticas tras la recomendación del FBI de que Hillary Clinton no enfrente cargos criminales por la forma en que manejó los correos electrónicos clasificados durante su período como Secretaria de Estado. En cambio, han expandido sus críticas para incluir al FBI.
Se supone que el FBI debe estar aislado del partidismo, dado que sus directores son nombrados para prestar servicio durante 10 años, tras una ley aprobada en 1976 después del extraordinario período de 48 años de J. Edgar Hoover.
El actual director, James Comey, es un republicano nombrado primero a un alto puesto en el Departamento de Justicia por el presidente George W. Bush y escogido para dirigir el FBI en 2013 por el presidente Barack Obama.
El experto en temas políticos, Israel Navarro, analiza los alcances de esta sugerencia en esta entrevista de la Voz de América y advierte el impacto que tiene tanto en la campaña política de Clinton como en las futuras acciones del Congreso estadounidense.
Pero la declaración de Comy de que “ningún cargo es apropiado” contra Clinton generó una ola de críticas de los republicanos el martes, aunque Comey primero calificó a Clinton como “extremadamente negligente” en la forma en que manejó información sensitiva y sugirió que ella envió correos electrónicos con información que era clasificada en ese momento, contrario a lo que ella había afirmado.
El presunto candidato presidencial republicano, Donald Trump, se quejó de que el sistema es “amañado” y que “no fue un accidente que no se recomendaran cargos contra Hillary el mismo día en que el presidente Obama hace campaña con ella por primera vez”.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, de Wisconsin, dijo que la recomendación de Comey al Departamento de Justicia de que Clinton no enfrente juicio sienta un terrible precedente. Ryan también prometió audiencias en la Cámara sobre la investigación del FBI.
Colaboración con la entrevista de Gioconda Tapia Reynolds