Las elecciones primarias del 17 de marzo en Florida serán decisivas. Ese estado también podría acabar teniendo la llave de la gobernabilidad para las elecciones de noviembre. Es la tendencia de los últimos años.
Pero nadie quiere sobresaltos y que todo salga con normalidad. Por eso, las autoridades estatales están extremando todas las precauciones para evitar las injerencias externas, especialmente de los piratas cibernéticos, que puedan afectar a los sistemas de conteo de boletas.
Según una encuesta de NPR y PBS, el 41% de la población estadounidense cree que la administración norteamericana no está preparada para celebrar unas elecciones con todas las garantías de seguridad.
Florida es uno de los estados donde sus residentes ven las elecciones con cierta desconfianza, por lo que los funcionarios estatales y de los condados han redoblado sus esfuerzos para asegurar unas primarias sin ningún sobresalto como el que pasó en 2016, cuando las autoridades federales confirmaron que cuatro condados habían sido pirateados.
En ese momento, los 67 supervisores que estaban a cargo de los sistemas de seguridad y organización tuvieron que firmar contratos de confidencialidad para poder recibir información sobre las vulnerabilidades que se hallaron y tener acceso al sistema de registro de votantes.
Al día de hoy, aún se desconoce qué condados fueron pirateados en 2016 por agentes de inteligencia rusos. Tampoco se sabe qué vulnerabilidades se encontraron en los sistemas de votación ni a dónde fueron a parar los 18 millones de dólares para hacer frente a estos riesgos.
En una entrevista con USA Today, Anthony J. Ferrante, el jefe global de seguridad cibernética y director general de FTI Consulting, apuntó que la “transparencia es la clave” a la hora de celebrar las elecciones, por lo que es importante trasladar esa “confianza” al votante de que su voto va a ser “verdadero y exacto”.
De lo contrario, apuntan los analistas, la desconfianza al sistema electoral crecerá entre los residentes de Florida.
Por su parte, el gobernador de la Florida Ron de Santis, la máxima autoridad para asegurar unas elecciones “transparentes” confirmó que se van a destinar 2.3 millones procedentes de una subvención federal para temas de seguridad electoral de 15.1 millones que el Congreso ya había aprobado el año pasado.