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Estudios revelan cambios en cerebros de diplomáticos de EE.UU. que enfermaron en Cuba


Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba dijo que el estudio reconoce que los cambios detectados son mínimos, que sus conclusiones son inciertas y que no pueden identificar las causas de los mismos.
Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba dijo que el estudio reconoce que los cambios detectados son mínimos, que sus conclusiones son inciertas y que no pueden identificar las causas de los mismos.

Las más recientes investigaciones médicas de los empleados de la embajada estadounidense en Cuba que presentaron malestares y dolencias como mareos, dolores de cabeza y zumbidos en los oídos, revelaron cambios estructurales en sus cerebros, pero no logran saber qué pasó.

Los investigadores compararon las tomografías de los empleados de la embajada de EE.UU. en Cuba con imágenes de los cerebros de personas sanas como referencia y hallaron “diferencias desconcertantes” como menos materia blanca en los cerebros de los afectados.

Si bien los expertos preveían alteraciones en el cerebelo, cerca del tallo cerebral, debido a los síntomas reportados por los diplomáticos como problemas de equilibrio, insomnio, dificultad para concentrarse y jaquecas, hallaron patrones únicos en los tejidos que conectan las regiones del cerebro.

Ragini Verma, experta en tomografías del cerebro para la Universidad de Pensilvania y la principal autora del estudio, dijo que las afecciones que vio son distintas a cualquier otra que haya visto en cerebros atrofiados por una enfermedad o una lesión.

“Es muy extraño, es un verdadero misterio medico”, afirmó la especialista.

Sin embargo, en los hallazgos publicados en el Journal of the American Medical Association (JAMA, por su sigla en inglés), Verma y sus colegas dijeron que no está claro si los patrones cerebrales se traducen directamente en problemas de salud significativos.

Las exploraciones de las imágenes iniciales de 21 trabajadores de la embajada en La Habana no revelaron anomalías. Los problemas de salud reportados por más de dos decenas de empleados surgieron en 2016, luego de que el gobierno de Barack Obama reabrió la sede diplomática de Estados Unidos en Cuba.

La mayoría de los empleados fueron removidos de sus puestos en Cuba en 2017. Los síntomas incluyeron dolores de cabeza, zumbidos en oídos, trastornos de sueño, mareos y problemas de equilibrio, dijeron autoridades estadounidenses.

El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que Cuba era responsable, lo que el Departamento de Estado denominó como “lesiones significativas”. Cuba ha rechazado en reiteradas ocasiones la hipótesis sobre los incidentes de salud y los síntomas descritos por diplomáticos de Estados Unidos. Cuba ha negado que se haya tratado de un ataque, pero el episodio ha tensado las relaciones con Estados Unidos.

“El artículo publicado hoy no modifica esta situación, por el contrario, la confirma", dijo Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. “El artículo reconoce que los cambios detectados son mínimos, que sus conclusiones son inciertas y que no pueden identificar las causas de los mismos", agregó.

En un comunicado, el departamento de Estado dijo que “está al tanto del estudio y que agradece toda discusión de la comunidad médica sobre este tema tan complejo. La máxima prioridad del Departamento sigue siendo la seguridad y el bienestar de su personal”.

Un estudio previo de la Universidad de Miami encontró daño en el oído interno en algunos empleados que se quejaron de ruidos y sensaciones inusuales, pero también carecía de registros médicos de antes de los síntomas.

El doctor Randel Swanson, coautor del estudio y especialista en rehabilitación de cerebros con lesiones de la Universidad de Pensilvania, expresó que “no cabe duda de que algo ocurrió”, pero que las tomografías no lograron esclarecerlo.
Aunque algunos trabajadores tienen síntomas persistentes, la mayoría han mejorado con terapia física y ocupacional, se encuentran bien y han regresado al trabajo, dijo Swanson.

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