Los estudios que produjeron las afamadas películas de James Bond, Metro Goldwyn Mayer, presentó sus documentos de recurso de bancarota para liberarse de la deuda de $4.000 millones de dólares.
La compañía espera alcanzar un acuerdo con sus más de 100 acreedores para establecer el llamado Capítulo 11 de bancarota mientras reestructura su estrategia comercial.
Si los acreedores condonaran la deuda, conseguirían el 95% del control de la compañía como parte de la nueva alianza. El capítulo 11 sobre bancarota permite a la productora continuar con su trabajo, y pese a los problemas financieros que atraviesa la compañía, han seguido con los planes de rodaje de una nueva película de 007 y de la versión del libreo de J.R.R. Tolkien, El Hobbit.
Tras esta actuación, MGM espera meses de especulación sobre su futuro, tras haber luchado contra extensas deudas, la falta de lanzamiento de éxitos en la taquilla y la recesión en las ventas de DVDs.
A principios de este año el estudio se puso en venta pero no logró encontrar una oferta adecuada.
Como parte de esta nueva estrategia, la productora privada Spyglass Entertainment fusionará dos de sus empresas subsidiarias en una empresa asociada a MGM para crear la nueva compañía.
Spyglass se convertirá así en la propietaria del 5 por ciento del nuevo negocio con puestos en la dirección. El 22 de octubre (2010) se conocerá la decisión de los acreedores y cuál será el destino final de MGM.