El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está "disgustado" con la decisión de China de imponer una nueva ley de seguridad a Hong Kong y considera que esta medida puede poner en peligro la situación económica del antiguo territorio británico.
"Está disgustado con los intentos de China", anunció la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, durante una rueda de prensa celebrada el martes.
En un momento de creciente tensión entre ambas potencias, la vocera rechazó pronunciarse sobre posibles represalias por parte de Washington, pero aseguró que el mandatario observa los acontecimientos con interés.
"Dice que es difícil ver cómo Hong Kong puede continuar siendo un polo financiero si China toma el control", concluyó McEnany.
La ley, revelada la semana pasada durante una sesión del congreso nacional de China, prevendría y castigaría actos de “secesión, subversión y actividades terroristas” que amenacen la seguridad nacional. También permitiría a los órganos de seguridad de China establecer agencias en Hong Kong.
El proyecto de ley ha sido ampliamente condenado por grupos empresariales y naciones occidentales como una sentencia de muerte al concepto de “un país, dos sistemas” establecido en el traspaso de poderes de Gran Bretaña a China en 1997, especialmente porque circunvala a la legislación local.