Activistas en Puerto Rico han exigido que se retiren las estatus y monumentos de colonizadores españoles, en momentos en que en distintas partes de Estados Unidos los defensores de la igualdad y la justicia racial reclaman que sean removidas las estatuas y monumentos de figuras de la Confederación de la Guerra Civil estadounidense.
Puerto Rico, conocido por los aborígenes como Borikén, fue conquistada por Cristóbal Colón y Ponce de León a finales del siglo XV. Su población nativa, conocidos como Taínos, fue diezmada por la esclavitud y las enfermedades infecciosas traídas por los colonizadores.
“Nosotros ya éramos una nación soberana con un gobierno, nuestra propia cultura y religión”, dijo Gypsy Córdova, Presidente de la organización Taínos de Borikén. “En cierto momento ellos (los taínos) fueron interrumpidos por el colonialismo. Y entendemos. Esa es la historia. Pero no temenos que seguir abrazando la idea que nuestros colonizadores deben ser elevados”.
Córdova y otros activistas promueven la idea de que deben eliminarse los monumentos de los colonizadores, y en lugar, debe aumentarse la educación sobre el pueblo nativo de Borikén, sus costumbres y cultura. Preservar los monumentos de los colonizadores españoles es para ellos una afrenta.
“En Israel no hay estatuas de Hitler, porque él fue un genocida. En Borikén tenemos estatuas de Juan Ponce de León y Cristóbal Colón, y eso no tiene ningún sentido”, dijo Córdova. “Pedimos que sean retiradas”.
Alma Iris Torres Zapata es una activista que promueve la educación sobre el pueblo Taíno.
“Es un asunto social donde toda la herencia Taína está oculta bajo la mesa (…) es nuestra responsabilidad recuperar todo ese conocimiento, sacarlo a relucir y hacerlo nuestro”, dijo Torrez Zapata. “Puede estar presente en nuestras escuelas y no solo como algo religioso o cultural. Es nuestra vida”.
Decenas de activistas marcharon por la zona histórica de la capital puertorriqueña el sábado, algunos portando la vestimenta tradicional Taína al tiempo que sonaban tambores y caracolas para exigir que el gobierno del territorio estadounidense empiece a retirar estatuas, incluyendo las de Cristóbal Colón.
“Estas estatuas representan toda esa historia de violencia, de invasión, de saqueo, de robos, de asesinatos”, afirmó un activista que usó el nombre de "Pluma" e integra el Consejo por la Defensa de los Derechos Indígenas. “Son crímenes contra la humanidad”.
Colón llegó a Puerto Rico en 1493 en compañía del español Ponce de León, quien posteriormente se convertiría en el primer gobernante de la isla y reprimió una revuelta de los nativos taínos. Historiadores y antropólogos creen que hasta 60.000 taínos vivían en Puerto Rico en ese entonces, pero pronto fueron obligados a realizar labores y sucumbieron ante brotes de enfermedades contagiosas.
Algunas de las estatuas son de acero fundido de cañones de barcos ingleses que combatieron contra los españoles por el control de territorios del Nuevo Mundo. Los defensores de la cultura Taína dicen que esos monumentos deberían ser fundidos y el material usado para honrar a alguien que se lo merezca.