La temporada de huracanes en el Atlántico comienza oficialmente el 1ro de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre. Sin embargo, han ocurrido huracanes fuera de estos seis meses. Este período fue seleccionado para abarcar más del 97% de la actividad ciclónica tropical, según explica en su sitio digital la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Cada temporada trae las mismas incógnitas y la preocupación acerca de qué hacer, cómo mitigar el impacto de este evento meteorológico, que suele ser muchas veces destructivo, remeciendo la vida cotidiana de las personas, deteriorando las infraestructuras de los países por donde pasan y alterando las rutinas de millones de personas de la región.
La Voz de América responde algunas de las principales interrogantes que surgen durante esta temporada:
¿Qué es un huracán?
La NASA define los huracanes o ciclones tropicales como "las tormentas más grandes y violentas de la Tierra". Muchos llaman a estas tormentas con distintos nombres como tifones o ciclones según el lugar donde se producen. El término científico para todas estas tormentas es ciclón tropical. Sólo los ciclones tropicales que se forman sobre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico oriental se llaman "huracanes".
El combustible para que estas tormentas ganen en intensidad es el aire cálido y húmedo. Es por esa razón que sólo se forman sobre océanos de agua templada, cerca del ecuador.
¿Cómo se forma?
Primero, se genera acumulación de tormentas eléctricas y las mismas se desplazan sobre aguas oceánicas cálidas.
El aire cálido de la tormenta y de la superficie oceánica se combinan y comienzan a elevarse. Esto genera baja presión en la superficie del océano.
Los vientos que circulan en direcciones opuestas hacen que la tormenta comience a girar. La elevación del aire cálido hace que la presión disminuya a mayor altitud. El aire se eleva cada vez más rápido para llenar este espacio de baja presión, atrayendo a su vez más aire cálido de la superficie del mar y absorbiendo aire más frío y seco hacia abajo.
Cuando el sistema de la tormenta gira cada vez más a más velocidad, se forma un ojo en el centro, donde la presión de aire es muy baja.
Para ser considerados ciclones tropicales deben superar vientos de velocidades sostenidas de al menos 119 kilómetros por hora.
¿Cómo se nombran?
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) es la que denomina estos fenómenos meteorológicos. Se bautizan con nombres de personas para mejor identificación y recordación.
Estos nombres también facilitan la comunicación de los sucesos o efectos de los huracanes, y permiten que sea más entendible su evolución o proceso.
Según National Geographic "la lista del Atlántico cuenta con una relación anual de 21 nombres masculinos y femeninos que van alternándose. Cada año la lista cambia, y cada 6 años se completa un ciclo. En la cuenca del Pacífico, el procedimiento es idéntico, aunque la lista tiene 24 nombres".
Las listas son creadas cada año por la OMM e incluyen un nombre por cada letra del alfabeto, a excepción de la Q, U, X, Y y Z, y alternando los nombres masculinos y femeninos.
Sin embargo, cuando una tormenta causa daños catastróficos, se puede acudir a la organización para pedir el retiro del nombre de la lista.
Antiguamente, en la Edad Media, las tormentas recibían nombres de los santos según el día en el que tenían lugar. En 1953, en EE.UU. se empezaron a usar los nombres de mujeres, pero en la década de 1970 se incluyeron los nombres masculinos
Según un estudio publicado en la revista Proceedings of Natural Academy of Science, en 2014, y elaborado por científicos de la Universidad de Illinois, los huracanes con nombres de mujeres han resultado ser más catastróficos.
¿Cuáles son sus categorías y qué daños producen?
La escala de huracanes de Saffir-Simpson clasifica los ciclones tropicales, según la intensidad del viento:
Categoría 1 (entre 119 km por hora y 153 km/h): vientos peligrosos que causan daños menores.
Categoría 2 (entre 154 km/h y 177 km/h): vientos extremadamente peligrosos que causan daños extensos, en techos y árboles.
Categoría 3 (entre 178 km/h y 209 km/h): genera daños devastadores, como afectaciones en casas e inundaciones severas.
Categoría 4 (entre 210 km/h y 249 km/h): genera daños catastróficos, destrucción de tejados y en estructuras importantes en hogares.
Categoría 5 (más de 250 km/h): afectaciones catastróficas, daños en edificios e inundaciones importantes.
¿Cómo prepararse ante la presencia de un huracán?
Los expertos aconsejan tomar medidas básicas para asegurarse de estar seguro si se produce una tormenta, como abastecer la casa y el auto con los suministros necesarios, elaborar un plan familiar, en caso de desastre. Así mismo, seguir las órdenes de evacuación, proteger a los adultos mayores y tener en cuenta sus indicaciones médicas. Y, si se tienen mascotas en casa, hacer planes para garantizar su salud antes, durante y después de un huracán.
Otras de las recomendaciones de los meteorólogos es mantener los documentos de identidad, datos de contacto y emergencias y los carnés de seguros a la mano.
¿Qué tener en cuenta durante la pandemia?
Debido a que las cuarentenas ocasionadas por la propagación de la COVID-19 pueden generar restricciones y cambios importantes en las rutinas, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas, CDC, recomiendan recurrir a domicilios, comprar suministros para desastres y medicamentos, pero si debe hacerlo personalmente, tomar las medidas necesarias de bioseguridad.
Asimismo, se aconseja prestar atención a las "directrices locales sobre los planes actualizados para evacuaciones y refugios, incluidos los refugios para las mascotas".
Al verificar el estado de vecinos y amigos, mantener las medidas de distanciamiento social, recomendadas por las autoridades sanitarias.