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¿Por qué Biden necesita a los republicanos para avanzar con su agenda en el Congreso?


El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firma varios decretos relacionados con la salud, el jueves 28 de enero de 2021 en la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firma varios decretos relacionados con la salud, el jueves 28 de enero de 2021 en la Casa Blanca.

Las viejas reglas de debate en el Senado delinearán la forma en que el presidente Joe Biden intenta sacar adelante su programa.

Uno de los temas constantes durante la campaña de Joe Biden a la presidencia -y tras ganar y asumir el cargo- ha sido el deseo de encontrar un acuerdo bipartidista con los republicanos sobre los principales puntos de su agenda.

“El sistema estadounidense contempla que tiene que haber cooperación para hacer la mayoría de las cosas”, explicó a la Voz de América Chris Edelson, profesor asistente de la Escuela de Gobierno de la American University.

Las afirmaciones sin pruebas del expresidente Donald Trump de que la elección fue robada y los votos de los republicanos en el Congreso que ponen en duda la elección "crean un desafío especial para el presidente Biden, y además sin una solución fácil", agregó.

"Joe Biden pasó 36 años en el Senado y tiene una relación muy cálida allí y hay una veneración por él", sostuvo Norm Ornstein, académico emérito del American Enterprise Institute. “Durante la campaña y desde su elección, ha dicho que cree que puede encontrar republicanos con quienes trabajar. La imagen inicial no es tan optimista".

Pero, si los demócratas tienen mayorías -por escasas que sean- en ambas Cámaras del Congreso, ¿por qué necesitan a los republicanos para hacer las cosas?

Obstruccionismo parlamentario

Los partidos mayoritarios casi siempre se salen con la suya en la Cámara de Representantes, que cuenta con 435 escaños. Eso es porque las reglas están escritas para favorecer al partido mayoritario.

En el Senado, las reglas de larga data protegen la voz del partido minoritario. El obstruccionismo parlamentario, por medio de la táctica conocida en inglés como filibuster, es una de esas reglas. Permite que una minoría de senadores impida una votación sobre un tema al continuar debatiéndolo hasta el final de la sesión.

Las reglas del Senado requieren que tres quintas partes del Senado (60 senadores) voten para finalizar el debate.

Según la posición actual del Senado, 10 republicanos deben estar de acuerdo con los 50 demócratas de ese cuerpo legislativo para realizar una votación y que se promulgue gran parte de la agenda de Biden.

Pero hay reglas que permiten a Biden y a los demócratas sortear el obstruccionismo: la reconciliación.

Reconciliación

La reconciliación es un proceso arcano que se remonta a la década de 1970 y que, en casos de cuestiones presupuestarias, permite que la legislación eluda el obstruccionismo.

Esto incluye aumentar o reducir los impuestos y cambiar las prioridades del gasto público.

El debate en el Senado para un proyecto de ley de reconciliación es limitado, y solo se necesita una mayoría simple para aprobarse. Con la vicepresidenta Kamala Harris presidiendo, los demócratas tienen el voto de desempate en el Senado dividido.

La reconciliación tiene sus límites. Solo se puede hacer una vez por año fiscal y podría dejar de lado los objetivos clave de Biden como la reforma migratoria y la aprobación de una nueva ley de derechos al voto.

¿Acabar con el filibusterismo?

Preservar el obstruccionismo es tan importante para el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, que retrasó la aprobación de una resolución organizativa que buscaba la promesa de que los demócratas no utilizarían su escasa mayoría para deshacerse de ella.

Los demócratas Joe Manchin de West Virginia y Kyrsten Sinema de Arizona han indicado que no votarán para eliminar el obstruccionismo.

Si bien Biden ha estado callado al respecto últimamente, los republicanos tuitearon parte de su discurso en el Senado de 2005, en el que dijo que el obstruccionismo "no se trata de detener a un nominado o un proyecto de ley, se trata de compromiso y moderación".

Su plan de juego -que es obstruir- ha funcionado en el pasado, y es probable que lo intenten nuevamente"
Norm Ornstein, académico emérito del American Enterprise Institute

Pero como vicepresidente, Biden vio que el obstruccionismo se usaba para frustrar la agenda del presidente Barack Obama, convirtiéndose así en un recurso electoral útil.

"Cuando se utilizó el filibusterismo una y otra vez en 2009 y 2010, en las consiguientes elecciones de mitad de período, los republicanos ganaron más escaños en la Cámara de los que habían tenido en cien años", dijo Ornstein a la VOA. “Y luego, después de que Obama ganó la reelección, se volvió a utilizar. Y en la mitad del período que siguió, recuperaron el Senado. Entonces, su plan de juego -que es obstruir- ha funcionado en el pasado, y es probable que lo intenten nuevamente".

Biden navegó por esas reglas del Senado durante 36 años. Cómo juegue sus cartas ahora pondrá a prueba el éxito de su presidencia.

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