La Corte Suprema de Estados Unidos desestimó el viernes la demanda presentada esta semana por el fiscal general de Texas, y respaldada por el presidente Donald Trump y numerosos legisladores republicanos, con el propósito de invalidar los resultados electorales en los estados de Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin.
“La moción del Estado de Texas para presentar un documento de protesta ha sido rechazada por no adherirse al artículo III de la Constitución", reza en el documento, en referencia al punto de la Carta Magna que determina la separación de poderes judiciales federales y estatales.
La demanda buscaba revertir el resultado de las elecciones, bloqueando las boletas de unos diez millones de votantes que apoyaron al candidato demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre.
El dictamen indica que la demanda presentada por el fiscal general Ken Paxton “no ha demostrado un interés judicialmente reconocible en la manera en que otro estado realiza sus elecciones”, y agrega que “las demás mociones pendientes son desestimadas como discutibles”.
Dos de los nueve magistrados de la Corte Superior se desmarcaron del fallo. En una declaración del juez Samuel Alito, a quien se unió el juez Clarence Thomas, se establece: “En mi opinión, no tenemos discreción para negar la presentación de una demanda en un caso que cae dentro de nuestra jurisdicción original”.
La decisión supone un duro revés para Trump, quien ha nombrado a un tercio de los magistrados del Supremo y había expresado, antes incluso de las elecciones, que recaería en manos de la Máxima Corte el decidir quién sería el próximo presidente del país.
Este mismo viernes, el propio Trump había instado al Supremo a tener "la sabiduría y el coraje" de tomar cartas en el asunto.
"Si el Tribunal Supremo muestra gran sabiduría y coraje, el pueblo estadounidense ganará el que quizás sea el caso más importante de la historia, ¡y nuestro sistema electoral volverá a ser respetado", tuiteó el mandatario.
Desde el mismo día de la jornada electoral, el presidente Trump y sus aliados se han enfrascado en una batalla legal con el objetivo de que el ya mandatario en funciones gane en los tribunales lo que perdió en las urnas. Sin embargo, de las más de las cincuenta demandas presentadas, los republicanos sólo cosecharon la victoria en una de ellas: el juez permitió que los interventores pudieran observar el escrutinio desde unos centímetros más cerca.
Además, tanto las autoridades electorales estatales como las principales agencias federales han descartado que se haya producido un fraude tal que hubiera podido alterar el resultado de los comicios.
El Colegio Electoral del país, que determina al ganador en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, votará el lunes 14 de diciembre y probablemente confirmará la ventaja de 306-232 votos de Biden.