Está previsto que el proyectado presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, nombre a los primeros miembros de su gabinete el martes, que incluiría al exsubsecretario de Estado Antony Blinken como su opción para liderar el Departamento de Estado.
Blinken tiene estrechos vínculos con Biden tras ocupar puestos de seguridad nacional de alto nivel, en el periodo en que el demócrata fungió como vicepresidente en la administración Obama. La esperada nominación de Blinken fue informada por varias organizaciones de noticias el domingo por la noche.
También entre los esperados nombramientos del gabinete están Linda Thomas-Greenfield, exsubsecretaria de Estado para África, como candidata de Biden para embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas, y Jake Sullivan como asesor de Seguridad Nacional de Biden.
Mientras Biden avanza en el proceso de transición para convertirse en el presidente número 46 de Estados Unidos y tomar posesión del cargo el próximo 20 de enero, el actual presidente Donald Trump se ha negado a conceder la elección.
El domingo, Trump dijo a sus seguidores en su cuenta de Twitter: "Encontraremos un número masivo de boletas fraudulentas (...) Luchemos duro Republicanos".
Pero la lucha legal de Trump ha sido infructuosa hasta ahora, con su campaña perdiendo o retirando 34 demandas por fraude en el recuento de votos en estados clave de campos de batalla que se proyectaba que ganaría Biden para reclamar un mandato de cuatro años en la Casa Blanca.
Trump no ha invertido el conteo de votos en ningún estado, dejando intacto el voto mayoritario no oficial a favor de Biden en el Colegio Electoral de 306-232. Esta instancia es la que determina las elecciones presidenciales de Estados Unidos, no el voto popular nacional, aunque Biden también lo lidera por más de 6 millones de votos.
El equipo legal de Trump presentó una apelación el domingo tras su más reciente derrota el sábado en la corte, con la frustrada impugnación de los comicios en Pensilvania, cuyos 20 votos electorales Biden ganó por un margen de 81.000 votos.
El juez de distrito de Estados Unidos, Matthew Brann, declaró que la campaña de Trump había presentado "argumentos forzados sin mérito y acusaciones especulativas" en su esfuerzo por arrojar millones de votos en Pensilvania y entregar los votos electorales del estado a Trump.
"En Estados Unidos de América, esto no puede justificar la privación del derecho a voto de un solo votante, y mucho menos de todos los votantes de su sexto estado más poblado", escribió Brann.
Después de que se anunció la decisión de Brann, un partidario republicano clave de Trump en el estado, el senador Pat Toomey, instó al presidente a aceptar su derrota electoral.
"El presidente Trump ha agotado todas las opciones legales plausibles para impugnar el resultado de la carrera presidencial en Pensilvania", dijo Toomey. "Felicito al presidente electo Biden y a la vicepresidenta electa Kamala Harris por su victoria. Ambos son servidores públicos dedicados y estaré orando por ellos y por nuestro país".
Otro asesor de Trump, el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, dijo al programa ABC: "La conducta del equipo legal del presidente ha sido una vergüenza nacional".
Christie dijo que Trump debería ceder y que los republicanos deberían centrarse en ganar dos elecciones de segunda vuelta del Senado en el estado sureño de Georgia a principios de enero, que determinarán si los republicanos o los demócratas controlan el Senado durante los próximos dos años.
"Hay que destruir el espejo retrovisor", dijo Christie.
Después de un recuento manual de cinco millones de votos, Georgia certificó el viernes la victoria de Biden, mientras que Pensilvania y el estado de Michigan en el medio oeste podrían hacer lo mismo el lunes. Desde entonces, la campaña de Trump ha solicitado otro recuento de votos en Georgia.
A pesar de sus reveses legales, Trump se ha negado a autorizar a su administración a cooperar con Biden en su transición al poder.
El asistente de Biden, Ron Klain, reprendió a la jefa de la Administración de Servicios Generales (GSA) designada por Trump, Emily Murphy, por negarse hasta ahora a admitir que Biden es el ganador de las elecciones y facilitar que los fondos federales puedan estar disponibles para la transferencia del gobierno. Eso incluye que los asesores y miembros del gabinete de Biden puedan hablar con funcionarios de las numerosas agencias estadounidenses.
"Espero que la administradora de la GSA haga su trabajo", dijo Klain, refiriéndose a Murphy.
Klain dijo que los esfuerzos del presidente republicano para anular los resultados fueron una vergüenza, "definitivamente no es la norma democrática".
"Un número récord de estadounidenses rechazó la presidencia de Trump y, desde entonces, Donald Trump ha estado rechazando la democracia", dijo Klain.
Klain dijo que con el brote creciente del coronavirus en Estados Unidos, la inauguración de Biden se "reduciría" del gran evento normal en las escalinatas del Capitolio de EE.UU., seguido de un almuerzo con legisladores clave, un desfile por la avenida Pensilvania hasta los bailes de gala inaugurales por la noche en la Casa Blanca.
Pero dijo que los planes no se han finalizado. "Hay algo aquí para celebrar", dijo Klain. "Solo queremos hacerlo de una manera segura".
[Con información de Ken Bredemeier]