Los embates que encara la economía global y su reflejo en las bolsas de valores que marcan el ritmo financiero a causa, por ejemplo, de la disputa comercial entre China y Estados Unidos, pone presión extra al desempeño estadounidense cuando todos miran hacia la primera economía del planeta.
Con una expansión sostenida durante los últimos 10 años, surgen dudas acerca de si podrá o no Estados Unidos mantener el ritmo en el escenario actual.
La interrogante se acrecentó desde el pasado miércoles, cuando el índice Dow Jones de Wall Street cayó 800 puntos, un 3,05 por ciento, que representa el mayor descenso durante un mismo día registrado en lo que va de año. El índice Standard & Poor's 500 bajó 2,93 por ciento y el Nasdaq retrocedió un 3,02 por ciento.
Otras economías del mundo también están siendo remecidas. En Europa, el FTSE 100 de Londres cayó un 1,4%, el Dax de Alemania un 2,2% y el Cac 40 francés un 2,1%.
Sin embargo, por ahora, algunos indicadores podrían estar mostrando que que lo peor no está aún por llegar.
¿Qué parámetros siguen bien en EE.UU.?
-Hay empleo en EE.UU.: La tasa de desempleo en la nación es de 3,7 por ciento, lo que representa su nivel más bajo en casi cinco décadas. La tendencia es al decrecimiento de la tasa de desempleo.
El crecimiento del empleo promedió 172.000 puestos por mes en el primer semestre del año. La contratación se ha enfriado desde un promedio de 223.000 empleos por mes en 2018. Sin embargo, el ritmo sigue siendo muy superior a los aproximadamente 100.000 puestos necesarios para mantenerse al día con el crecimiento de la población en edad de trabajar.
Según un análisis del Instituto Brookings, cuando esto ha ocurrido a lo largo de la historia, existe menos de un 10 por ciento de probabilidades de que ocurra una recesión durante los doce meses posteriores.
-Los consumidores de EE.UU. siguen gastando: Se trata de un parámetro nada desdeñable para la primera economía del planeta. Datos del Departamento de Comercio indican que las ventas al por menor crecieron el pasado julio un 0,7 por ciento. La cifra se suma a un crecimiento interanual de 3,4 por ciento.
Los índices de confianza del consumidor, un dato relevante a la hora de pronosticar la llegada de una recesión. Expertos sostienen que este parámetro se encuentra casi em en el mismo punto que un año atrás.
Por citar un ejemplo, las ventas durante la temporada navideña 2018 subieron 5,1 por ciento en Estados Unidos, a más de 850.000 millones de dólares, y fueron las más fuertes en los últimos seis años. Coincidió con el cierre de gobierno más largo en la historia de la nación.
-La Reserva Federal (Fed) mantiene estables tasas de interés: Pese a las críticas y a la insistencia del presidente Trump para que la Fed baje las tasas de interés, el organismo solo se movió preventivamente por primera vez en una década, bajando los intereses ligeramente hasta 2,25 por ciento, desde 2,5 por ciento.
Para poner el dato en contexto, previo a la recesión económica de 2008 debido a la burbuja inmobiliaria estadounidense que arrastró a la economía mundial, las tasas de intereses en Estados Unidos fueron en caída libre desde un 5,25 por ciento en que estaban en 2007, hasta cero por ciento poco más de un año después.
Trump y sus asesores en la Casa Blanca sostienen que es preciso cortar un punto porcentual completo para ser más competitivos ante otros países como los de la zona euro, donde las tasas de interés aún se mantienen en el histórico cero por ciento. La Fed no hace acuse de recibo hasta ahora.
Los cálculos de Trump
El presidente Trump no está ajeno a la situación actual. El jueves se dirigió a seguidores, les advirtió los riesgos y a la vez aprovechó para pedirles que voten por él si quieren que la economía se mantenga fuerte.
Y fue más lejos. A sus seguidores durante un acto en New Hampshire, les dijo que su seguridad financiera depende de su reelección: "Ya sea que me ames o me odies, tienes que votar por mí".
Mientras, la disputa con China sigue en pie. El jueves pasado, las autoridades comunistas del país asiático reiteraron que tomarán "contramedidas necesarias" que no especificaron.
El paso sería dado, -dicen los chinos-, si Washington va un paso más allá en su guerra comercial y tecnológica al aumentar los aranceles sobre más importaciones chinas, como ha prometido Trump.
Las sanciones estadounidenses sobre alrededor del 60 por ciento de los bienes chinos estaban previstas para entrar en vigor a partir del primero de septiembre, pero fueron aplazadas hasta el 15 de diciembre próximo.