Rompiendo su tradicional posición pacifista, el Vaticano aprobó los bombardeos contra el grupo extremista Estado Islámico en el norte de Irak con el fin de proteger minorías, sobre todo cristianas.
Tras condenar en 2003 la invasión de Estados Unidos a Irak, el Vaticano cambió su doctrina debido a la inusitada violencia con la que opera el llamado Estado Islámico.
El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, monseñor Silvano Tomasi, justificó el bombardeo de Estados Unidos en declaraciones a Radio Vaticano.
“Había que intervenir ahora, antes de que sea demasiado tarde”, dijo.
Si bien la iglesia Católica suele fomentar más que todo la ayuda de carácter humanitaria, considera en este caso que la “acción militar es necesaria”.
Para el obispo católico kurdo Rabban al Qas, quien pidió abiertamente la intervención de EE.UU. desde la emisora del Vaticano, hay que evitar que el "lobo penetre el rebaño, lo mate, se lo coma y lo destruya", dijo.
Por su parte, el papa Francisco se mostró “incrédulo y consternado” por las noticias sobre “violencia de todo tipo en Irak”, pidiendo además por “una solución política eficaz a nivel internacional y local”.
“No se puede hacer la guerra en nombre de Dios”, clamó el papa, en una alusión a los extremistas islámicos.