La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, busca darle continuidad a la política económica de Lula, a juzgar por los nombres de algunos de los integrantes de su equipo económico anunciados en estos días.
La señal más fuerte de continuismo es la de mantener a Guido Mantega como ministro de Hacienda, cargo que asumió en 2006. Mantega es un hombre de confianza Lula y de mucha incidencia en el rumbo económico del país.
Ya a pocas horas de asumir como ministro, anunció que habrá una “reducción sustancial” del presupuesto. "Desde un punto de vista estructural, la reducción en el gasto tendrá un impacto en la tasa de política desde el próximo año", dijo Mantega.
Otros funcionarios del gobierno de Lula que formarán parte del equipo de Rousseff incluyen a Alexandre Tombini como presidente del Banco Central –un tecnócrata respetado y de larga carrera dentro del BC- y Miriam Belchior como ministra de Planificación y Presupuesto. Belchior se desempeñó hasta ahora al frente del PAC, el Programa de Aceleración de Crecimiento.
Por otra parte, detrás de escena están los “tres cerditos” de Rousseff: el presidente del Partido de los Trabajadores (PT), José Eduardo Dutra, y los diputados Antonio Palocci y José Eduardo Cardozo.
Los tres son los hombres de confianza de la nueva presidenta brasileña que la aconsejaron durante la campaña electoral y que ahora coordinan la transición gubernamental. De hecho, es probable que asuman cargos altos en el Ejecutivo. Se espera que Antonio Palocci, por ejemplo, sea nombrado como jefe de Gabinete.
La prensa brasileña los apodó humorísticamente como los “tres cerditos” porque están un poco pasados de peso. Aunque se lo tomaron con humor, ya hay uno de los “cerditos” que anunció que quiere adelgazar para deshacerse del apodo: José Eduardo Dutra dijo en su cuenta de Twitter que iba a salir a caminar para perder los “kilos acumulados en la campaña”.