La situación generada tras la eliminación del general iraní Qassem Soleimani en un operativo de Estados Unidos en Bagdad ha causado preocupación de la comunidad internacional y los acontecimientos van evolucionando en un panorama poco claro.
El doctor Paulo Botta, director del Programa Ejecutivo del Medio Oriente en la Universidad Católica Argentina, un amplio conocedor de la región y de las situaciones que se han generado a lo largo de estos años en este tema, fue entrevistado por la Voz de América.
VOA: Quisiera empezar por pedirle su percepción de esta situación que estamos observando. Es una de las crisis más complejas de los últimos años ¿Verdad?
BOTTA: Es una crisis compleja porque es una especie de cruce de una línea roja desde hacía décadas que diría yo, que entre Estados Unidos e Irán había oposición en algunos casos, una oposición no solamente política y diplomática, sino también militar.
Pero había ciertas líneas rojas que ambos países habían respetado.
El ataque a la embajada norteamericana en Bagdad de hace unos días para Estados Unidos fue el cruce de una línea roja.
Y no quedan dudas que también la muerte de Soleimani un funcionario militar de alto rango en Irán es otra línea roja.
Ambos países han cruzado líneas rojas que hacía décadas ninguno de los dos estaban dispuesto a hacer. De ahí la gravedad de la situación.
VOA: Está la preocupación de que estuviéramos muy cerca de una guerra. ¿Cómo observa usted este tema? ¿Lo ve como posible?
BOTTA: Una guerra abierta en términos tradicionales Estados Unidos versus Irán no creo que esté dentro de la voluntad de ninguna de las partes. Seguramente podremos asistir a un grado de conflictividad creciente de tipo asimétrico.
Esto es ataques de Irán o de milicias cercanas a Irán a algunas bases norteamericanas y algunas respuestas similares por parte de Estados Unidos.
Una guerra en términos tradicionales entre los dos estados significaría, lisa y llanamente, creo que una modificación sustancial de todo lo que está sucediendo en Medio Oriente.
Recuerde también que el presidente Trump está ingresando a un año electoral y así no creo que forme parte de su política el comenzar una guerra con estas características.
Sobre todo tomando en cuenta que una parte importante de su discurso político en los últimos años ha sido, precisamente, el de criticar a las administraciones norteamericanas precedentes por haber iniciado guerras en Afganistán y en Irak que no han dado ningún tipo de resultado positivo para los intereses norteamericanos.
VOA: ¿Cuán fuerte es realmente Irán para ponerse al frente de una situación como la planteada por Estados Unidos? Hemos visto que los funerales del general Soleimani han sido masivos, pero esa misma cantidad de gente la vimos hace un tiempo protestando contra el régimen de Irán.
BOTTA: Así es. Irán en primer lugar es un país muy grande y muy complejo y por lo tanto hay que evitar todo tipo de visión maniquea y simplista.
Una cosa es la oposición interna al gobierno iraní que hemos tenido en las últimas semanas con posiciones abiertas muy muy importantes que lo perciben como incapaz de brindar todos los servicios más básicos y mínimos a su población con políticas que la población considera errada, con digamos demasiado control hacia la sociedad que es una sociedad joven.
Por otro lado tenemos una sociedad también que hace gala de un fuerte nacionalismo y que por lo tanto creo que la asistencia a los funerales de Soleimani y la oposición a la acción de Estados Unidos no tiene que verse sólo como un apoyo al gobierno iraní sino más bien como una reacción instintiva nacionalista de Irán, donde el nacionalismo es una de las fuerzas políticas más importantes de la sociedad iraní.
VOA: Específicamente, ¿Qué anticipa usted en un futuro cercano?
BOTTA: Anticipar es muy difícil en Medio Oriente. Lo que sí creo que podremos ver es que en los próximos días algún tipo de respuesta del lado iraní va a tener que llegar. Hay una presión política, militar, social.
Seguramente será una reacción que como dicen los iraníes salve la cara pero que no que implique una escalada militar con Estados Unidos, porque es el último de los objetivos que tiene Irán.
Pero creo que hay que seguir con mucha atención lo que sucede internamente en Irán.
No es un secreto para nadie que la Guardia Revolucionaria no solamente es un poder militar sino también un poder político y económico en Irán.
Seguramente veremos un reacomodamiento interno de fuerzas en Irán que puede tener implicación en su política exterior. Esto es una guardia revolucionaria con menos poder político con menos poder económico. Tendrá mucha menos posibilidades de injerencia en la política exterior de Irán.