El pasado mes de junio estuvo lleno de tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y México, debido a las exigencias de parte de la administración Trump, para obligar al gobierno de Manuel López Obrador a tomar medidas que frenen la migración no regulada, especialmente la que proviene del Triángulo Norte.
En un principio, el presidente Donald Trump amenazó con subir la carga arancelaria a los productos mexicanos, pero tras más de una de semana de reuniones en Washington, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, logró un acuerdo que evitó esas alzas en los impuestos y logró que el presidente estadounidense se diera por satisfecho por el momento.
Puntos clave del acuerdo
1- Reforzar la frontera Sur
Con ese acuerdo, México se compromete, entre otras cosas, "a registrar y controlar las entradas en la frontera" así como "a desplegar a la Guardia Nacional por todo el territorio y en especial en la frontera sur", informó en ese entonces el canciller mexicano.
Ese despliegue consistió en un refuerzo de 6.000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera con Guatemala, uno de los principales punto de ingreso de los migrantes centroamericanos.
2- Albergar inmigrantes
México se comprometió además a ampliar el programa Protocolos de Protección a Migrantes (TPP, por sus siglas en inglés), que permite a Estados Unidos enviar migrantes -que entraron a su país por México- a territorio mexicano mientras tramitan sus solicitudes de asilo. El TPP está vigente desde principios de 2019.
3- Ofrecer empleos en México
Ell gobierno de López Obrador se comprometió a ofrecer portunidades laborales, acceso a la salud y educación a los migrantes y sus familias mientras permanezcan en su territorio, además e protección a sus derechos humanos.
México asegura que la solución al problema migratorio es el desarrollo de El Salvador, Guatemala y Honduras, así como el sur de México, de donde provienen la gran mayoría de migrantes que huyen de la pobreza y violencia.
Expectativas de México
A este nuevo encuentro, el canciller mexicano llega con un reporte que indica que las acciones tomadas desde que se firmaron e implementaron estos acuerdos ha reducido el flujo de migrantes en un 56% entre mayo y agosto.
Señala además que el número de personas detenidas en la frontera sur de Estados Unidos pasó de 144.266 en mayo a 63.989 en agosto.
Con estos indicadores, México pretende seguir con su postura de no convertirse en un tercer país seguro, ya que eso permitiría que las personas que solicitan asilo en un país, puedan recibir el mismo tipo de protección en otra nación, considerada segura, para aliviar los flujos migratorios del primero.