El Barrio 18 y la Mara Salvatrucha son las dos principales pandillas que delinquen en Guatemala, principalmente, en la capital del país centroamericano, donde llevan alrededor de tres décadas controlando zonas completas.
A diferencia de El Salvador, donde las pandillas eran las responsables de la mayoría de la delincuencia organizada, Guatemala debe lidiar con algo más: el narcotráfico, que en ocasiones confluye con las pandillas.
A casi medio año de haber asumido la presidencia de Guatemala, Bernardo Arévalo reconoció que hay comunidades en el país centroamericano que se encuentran prisioneras de las maras. Pero su estrategia, a diferencia de la de El Salvador, se basa en la contención de la actividad ilícita de las maras en las cárceles y, en darle a los jóvenes, oportunidades para evitar que sean presas de estos grupos.
"Estamos colaborando con la comunidad internacional para generar un impacto en este sentido", dijo Arévalo a medios locales el 1 de junio. Luego de que el Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño le pidiera aumentar las medidas de prevención para frenar el reclutamiento de la niñez por parte de las maras y las bandas de narcotraficantes.
Actualmente, las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha se disputan el control de los territorios en Guatemala para exigir dinero a los transportistas y comerciantes bajo la amenaza del asesinato si se niegan a acceder a la extorsión.
Según el Proyecto Regional Infosegura en 2023, 2.944 guatemaltecos fueron asesinados, lo que equivale a una tasa de 16,7 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
Pero la tasa aumenta si se trata de delitos contra el patrimonio. En 2023, 158 personas por cada 100.000 habitantes fueron víctimas de extorsión, robos y hurtos. La extorsión fue uno de los delitos con mayor incidencia en 2023.
Guatemala ha dejado claro que no impondrá un régimen de excepción como su vecino El Salvador, que desde marzo de 2022 declaró emergencia nacional a raíz de la violencia de las maras, y tras el aval del Congreso, modificó las leyes penales para endurecer el castigo a estos grupos.
Con la medida, El Salvador bajó su tasa homicida a 2,3 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2023, y ha desarticulado el brazo operativo de las maras en los barrios tras la captura de unas 80,000 personas acusadas de agrupaciones ilícitas.
Guatemala, en cambio, ha llamado "su primer paso" contra la inseguridad a desmontar el control que tienen las maras en las cárceles, empezando con la prisión de máxima seguridad El Infiernillo, donde el gobierno ha usado escáneres de penetración de suelo, paredes y techos para encontrar droga, celulares y dinero.
"Este era considerado en sus orígenes como un centro carcelario de máxima seguridad, pero con el tiempo perdió la condición y al día de hoy era algo que no tenía nada que ver con seguridad", señaló el ministro de Gobernación Francisco Jiménez el pasado 2 de junio.
A diferencia de El Salvador, las pandillas no son el principal fenómeno delictivo de Guatemala, un país que tiene que luchar contra un narcotráfico aliado a los carteles mexicanos.
“Las organizaciones criminales de Guatemala se encuentran entre las más sofisticadas de Centroamérica. Algunas llevan décadas operando. Incluyen antiguos miembros del ejército, agencias de inteligencia, miembros activos de la policía, funcionarios públicos y narcotraficantes”, señala InSight Crime, un centro de investigación de actividades delictivas en Latinoamérica.
Estas organizaciones criminales transportan drogas hacia el norte además de cultivar marihuana, amapola y coca. También participan de la trata de personas, el secuestro, la extorsión, el blanqueo de dinero, el contrabando de armas, las redes de adopción, los delitos contra el medioambiente y otras actividades ilegales.
¿Cómo surgen las maras en Guatemala y qué zonas controlan?
Las maras son un fenómeno transfronterizo que creció tras la deportación masiva de miles de centroamericanos radicados en Estados Unidos en los años 80.
Fundadas en los barrios más pobres y marginados de Los Ángeles, California, las maras regresaron a sus países de origen en Guatemala, Honduras y El Salvador donde rápidamente se organizaron. Aunque la extorsión es uno de los delitos más comunes en la pandilla, se sabe que ahora también participan en actividades transnacionales más sofisticadas.
"En más de una docena de casos de narcotráfico rastreados por InSight Crime, los pandilleros trabajaron con redes ajenas a la estructura de la MS13 (Mara Salvatrucha), principalmente redes de la Mafia Mexicana", agrega Insight Crime en un reporte sobre la MS13 publicado este año.
Dado los frágiles sistemas carcelarios, las maras fueron creciendo y organizándose en las prisiones centroamericanas lo que les permitió expandir su capacidad y adeptos.
Según la policía guatemalteca, en ese país las maras tienen el control principalmente en las zonas 5, 6, 14, 16 y 18 de la capital, donde el gobierno ha prometido aumentar la presencia del Estado.
Desde luego no son las únicas zonas o barrios controlados por las pandillas, pero sí son algunas zonas donde su presencia ha sido más evidente en los últimos años.
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