En Fotos | COVID-19: cinco años del anuncio que cambió al mundo
Aunque los brotes de COVID-19 ya estaban presentes en varios países del mundo, fue el 11 de marzo de 2020 que la OMS declaró la pandemia mundial. Desde entonces, muchos países anunciaron medidas como toques de queda. Los efectos de esa pandemia se sienten hasta hoy.

Los primeros brotes de COVID-19 se registraron en diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan. La entonces desconocida enfermedad fue llamada "neumonía de Wuhan".

Aunque aún no se presagiaba el anuncio de una pandemia, el virus ya estaba en varios países y algunos tomaban medidas de precaución, especialmente en lugares concurridos. Al popular carnaval de máscaras de Venecia se le sumó una menos festiva: la mascarilla.

Para el 11 de marzo de 2020, cerca de 120.000 casos en 114 países ya estaban confirmados. Más de 4.000 personas, según la Organización Mundial de la Salud, OMS, habían muerto a causa del virus. Ese día, el COVID-19 fue declarado como pandemia.

El anuncio llevó a gobiernos de diferentes países donde ya se registraban contagios a tomar medidas como el confinamiento de toda la población que no tuviera trabajos esenciales.

Los supermercados empezaron a verse abarrotados y productos como el papel higiénico escasearon en muchas partes. El mundo se preparaba para un confinamiento inédito.

De la nada, las calles empezaron a verse desoladas, mientras un extraño silencio se apoderaba de otrora ruidosos lugares como la turística Madrid, en España.

La siempre transitada Nueva York se quedó sin turistas y afanados trabajadores locales que recorrieran sus calles. Lugares como el estadio de los Yankees, Times Square, Wall Street, entre otros, quedaron desolados.

Pequeños y grandes negocios empezaron a cerrar. Algunos lograron sobrevivir al golpe económico de la pandemia, mientras otros vieron cómo sus sueños se apagaban. América latina fue una de las regiones más afectadas por el alto número de contagios y por la pérdida de empleos.

La desinfección de espacios y artículos personales se utilizó como medida preventiva para evitar contagios.

Una imagen poco común en la vida real se quedó grabada en esos primeros días de confinamiento. La Plaza de San Pedro, en el Vaticano, siempre llena de fieles, lucía sola y fría.

También se vio al papa Francisco en una inusual caminata por las calles de una desértica Roma. El mundo empezaba a ser testigo de imágenes que, antes, sólo aparecían en películas apocalípticas.