La demanda para una votación por correo en Estados Unidos para las elecciones presidenciales de noviembre sigue en aumento. Los trabajadores electorales necesitan entrenamiento. Y los centros de votación podrían ser equipados con protecciones durante la pandemia del coronavirus.
En medio de los preparativos, solo una cosa es cierta: las elecciones costarán caro.
"Las autoridades electorales no tienen los recursos para hacer los cambios y los preparativos necesarios para celebrar una elección en una pandemia”, dijo Wendy Weiser, directora del programa de democracia del Brennan. "Estamos viendo eso en todos lados”.
La pandemia ha colocado a las autoridades en un esfuerzo para prepararse para unas elecciones como pocas otras, mientras los casos de coronavirus aumentan en casi todo Estados Unidos.
Las preocupaciones por la COVID-19 están planteando demandas para que las elecciones puedan celebrarse en un ambiente de seguridad, pero una ayuda federal prometida para los estados con pocos recursos está estancada en el Congreso.
El dinero podría ayudar a paga para transformar el tradicional sistema de votación en una versión adaptada a la pandemia. Para ello son cruciales los fondos para imprimir las boletas de correo y su franqueo.
También hay costos para asegurar que la votación en los colegios electorales sea segura, con equipos protectores personales para los trabajadores, quienes regularmente son adultos y en más riesgo de contraer el virus, y entrenar a nuevos trabajadores.
Y las máquinas para el conteo rápido de votos son costosas.
Para complicarlo todo, el presidente Donald Trump se opone a una votación por correo. Trump insiste en que el proceso postal es fraudulento, aunque no hay evidencias de fraude y su propio equipo de reelección es está adaptando a la nueva realidad de votación por correo.
"Mientras los casos de coronavirus aumentan en el país, es vital que todos los electores puedan ejercer su voto desde sus casas y por correo”, dijo la senadora Amy Klobuchar, una demócrata de Minnesota.
Un proyecto de respuesta al coronavirus aprobado en mayo por la Cámara de Representantes contiene 3.600 millones de dólares para ayudar a los estados en sus elecciones, pero el Senado no abordará el tema hasta finales de julio. Los republicanos combatieron una asignación de 400 millones de dólares de ayuda electoral en marzo antes de aprobarla.
Sin embargo, senadores republicanos clave parecen dispuestos a respaldar más fondos para las elecciones, a pesar de la oposición de Trump, e incluso están ofreciendo reducir un requisito de que los estados aporten fondos similares para calificar para el dinero federal.
"Estoy preparado no solo para buscar más dinero para los estados (…) sino también para considerar el tipo de requisito que ellos tienen que aportar”, dijo el senador republicano Roy Blunt, presidente del panel del Senado responsabilizado de esa tarea.
La pandemia surgió esta primavera en medio de las primarias de los estados, lo que obligó a las autoridades a retrasar elecciones por días, semanas e incluso meses. Han tenido que lidiar con cancelaciones de trabajadores de urnas, cambios en los centros de votación y una explosión de boletas ausentes.
Los grupos de derechos de votación están particularmente preocupados con la consolidación de centros de votación que contribuyeron a largas filas en Milwaukee, Atlanta y Las Vegas, y temen que esto se repita en noviembre.
Mientras las negociaciones sobre un próximo paquete de ayuda por el coronavirus comienzan en el Congreso, la cifra final para las elecciones seguramente será mucho menor que los 3.600 millones de dólares previstos por la Cámara de Representantes.
Esa cantidad seguía las recomendaciones del Brennan Center para prepararse para un influjo de boletas ausentes y proveer al mismo tiempo opciones de votación adelantada y proteger los centros de votación de los vecindarios.
Incluso antes de la pandemia, las oficinas electorales trabajan típicamente con presupuestos reducidos.
El secretario de Estado de Iowa, Paul D. Pate, quien es presidente de la Asociación Nacional de Secretarios de Estado, dijo que el grupo ha estado pidiendo al gobierno federal que suministre una fuente regular de fondos, particularmente para ayudar a abordar los costos de proteger a los sistemas de votación de ataques cibernéticos.
Para la primaria de Georgia el mes pasado, las autoridades electorales gastaron 8,1 millones de dólares de los 10,9 millones que el estado recibió del gobierno federal. El dinero se usó principalmente para enviar solicitudes de boletas ausentes a 6,9 millones de votantes registrados e imprimir este tipo de boletas para oficinas electorales de condados.
Mientras tanto, la división estatal de elecciones sufrió una reducción de 90.000 dólares en su presupuesto anual debido a una disminución de ingresos a causa de la pandemia.
Los fondos federales remanentes serán usados para ayudar a cubrir los costos de desarrollar un sistema online para que los votantes soliciten boletas ausentes, algo menos costoso que enviar las solicitudes a cada elector, y explorar si instalar separadores de plexiglás alrededor de las máquinas de votación permitiría la presencia de más votantes dentro un centro de votación.
En Colorado, un estado de votación por correo universal, la oficina electoral de Denver ha tenido que reducir su presupuesto en 7,5%, casi 980.000 dólares.
Iowa gastó por igual sus fondos federales en boletas por correo y suministros para la pandemia, dijo Pate.
Los proveedores de equipos, software, boletas y sobres que serán necesarios en noviembre dicen que la ventana para adquirirlos se está cerrando con rapidez.
"Ahora mismo, lo que estamos viendo en la mayoría de los lugares es este tipo de indecisión. ¿Qué se supone que planeemos? ¿Votación por correo, en persona o una combinación?”, dijo Jeff Ellington, presidente de Runbeck Election Services, una empresa que imprime boletas y los sobres especiales usados para enviarlos por correo.
"Las decisiones tienen que hacerse para que las personas puedan comenzar a desarrollar un plan”, añadió.