Piratas cibernéticos rusos ya han logrado importantes metas en su aparente intento de perturbar la elección presidencial en Estados Unidos, de acuerdo con investigadores que monitorean de cerca la campaña política.
Medios de prensa en Estados Unidos citan a analistas quienes dicen que alegaciones de filtración de datos sensitivos, infiltración de servidores de correos electrónicos de funcionarios, manipulación de blogs en internet y aún el pirateo de datos de los votantes, han acrecentado los temores de que Moscú está tratando de influenciar el resultado de las elecciones del 8 de noviembre.
El Kremlin ha negado cualquier involucramiento del Estado ruso en el hackeo de datos en Estados Unidos.
Grupos de piratas cibernéticos con diferentes ramificaciones en los servicios de inteligencia rusos fueron detectados dentro del servidor del Partido Demócrata anteriormente este año, de acuerdo con CrowStrike, la firma estadounidense de seguridad en internet contratada para investigar el robo de miles de correos electrónicos.
El presidente Barack Obama está considerando una respuesta proporcional a los esfuerzos de Rusia de interferir en la elección presidencial a través del hackeo, anunció la Casa Blanca.
“El presidente ha habado antes sobre las significativas capacidades que el gobierno estadounidense tiene para defender nuestro sistema en Estados Unidos, pero también de llevar a cabo operaciones defensivas en otros países”, dijo el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest.
“Hay una variedad de respuestas que están disponibles para el presidente y él considerará una respuesta que sea proporcional”, agregó Earnest.
El viernes pasado, la administración Obama reconoció públicamente por primera vez que creía que el gobierno ruso era responsable del robo y distribución de correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata y de otras instituciones y prominentes individuos, más reciente el director de campaña de Hillary Clinton, John Podesta.
La mayoría del esfuerzo ruso en la elección estadounidense parece dirigido a socavar las campañas de Clinton y otros demócratas. El nominado presidencial republicano, Donald Trump, ha calificado a Vladimir Putin como un mejor líder que Obama y sugirió una relación de mayor colaboración entre Estados Unidos y Rusia.
Y como era de esperar, los esfuerzos rusos se han convertido en puntos de conversación en la campaña. En el debate del pasado domingo, Clinton calificó la interferencia rusa en la campaña como “sin precedentes” y agregó “Créanme, no lo están haciendo para que me elijan. Lo están haciendo para tratar de influencia la elección de Donald Trump”.
En el debate del 26 de septiembre, Trump trató de restar importancia a una intromisión rusa diciendo que la identidad de los hackers era desconocida y que “podría ser alguien sentado en su cama, que pesa 400 libras, de acuerdo”.