Un nuevo lote de correos electrónicos extraídos de las cuentas de la campaña de Hillary Clinton, y filtrados por WikiLeaks el miércoles, muestran, entre otras cosas, la ansiedad de sus allegados por las debilidades de la candidata.
Los mensajes hackeados revelan además duros comentarios de un asesor sobre los católicos, los miedos a que ciertas líneas en los discursos de Clinton puedan ser usadas en su contra y las disputas internas sobre el potencial conflicto de interés que representan la Fundación Clinton.
En una correspondencia de 2011 entre la portavoz de Clinton, Jennifer Palmieri, y John Halpin, un colaborador del grupo de reflexión Center for American Progress, Halpin escribe que los conservadores más poderosos del país son todos católicos y califica sus ideas políticas como “una increíble adulteración de la fe”.
Palmieri responde por escrito: “El catolicismo es la religión políticamente conservadora más aceptable socialmente. Sus amigos ricos no entenderían si se convierten en evangélicos”.
Otro correo de 2001 enviado al actual jefe de campaña de Clinton, John Podesta, de parte del director de un grupo progresista, llama a una “Primavera católica”, adaptando el nombre del movimiento prodemocracia, “Primavera árabe”.
“Se necesita una primavera católica en la que los mismos católicos demanden el fin a la dictadura medieval y el comienzo de una pequeña democracia y respeto a la igualdad de género en la Iglesia catíolica”, escribe el presidente de la organización Voices for Progress, Sandy Newman.
Trump se refirió el miércoles a los correos como un “ataque vicioso” contra los católicos y evangélicos.
“Es solo la evidencia más reciente del odio que la campaña de Clinton tiene por los estadounidenses de fe”, dijo Trump. “Si tu eres una persona de fe, creo que vas a votar por Donald Trump, y yo tengo ese respaldo y ese apoyo”.
Podesta dijo que el FBI investiga la filtración de corres como parte de una indagación más amplia sobre el aparente hackeo ruso de las cuentas de correo demócratas —acusación que los rusos niegan.
Otros correos muestran que la campaña ha luchado por mejorar las fallas de la candidata, como sus resistencia a hablar con los medios, su falta de empatía con el ciudadano común y su dificultad para transmitir el mensaje a los votantes.
“¿Tenemos alguna idea por parte de ella sobre lo que cree o lo que quiere como mensaje principal”, pregunta el asesor, Joel Benenson, contrastando los varios lemas de Clinton con el sencillo mensaje anti Wall Street del senador Bernie Sanders.
“En este momento estoy petrificado porque Hillary depende casi totalmente de que los republicanos nominen a Trump”, escribió Brent Budowsky, un exasesor de la campaña, antes de la Convención republicana.
Según Trump, los correos “dejan más claro que nunca lo que está en juego el 8 de noviembre. Ella sería la persona más deshonesta y la más corrupta que se haya elegido para [presidente]”.