Las urnas abrieron el jueves en Cataluña para unas competidas elecciones autonómicas que pretenden poner fin al estancamiento político provocado por una iniciativa independentista en la región española.
La votación comenzó a las 9 de la mañana en casi 2.700 centros electorales, que permanecerían abiertos hasta las 20:00 (1900 GMT). Largas colas de votantes se formaron incluso antes de que abrieran los recintos.
El gobierno español convocó las elecciones tras asumir el control de la región nororiental a finales de octubre. El resultado se seguirá de cerca dentro y fuera del país.
Los sondeos de opinión han mostrado a los candidatos separatistas, algunos prófugos o en prisión, igualados con los unionistas, que afirman estar en la mejor posición para devolver la estabilidad y el crecimiento a Cataluña.
Se espera una participación récord para unos comicios que podrían decidir los indecisos, que suponen más de un quinto de los 5,5 millones de votantes. Una participación superior al 82% daría —según los estimados— la probabilidad de que los unionistas puedan desalojar a los secesionistas del gobierno catalán.
Pero la tarea no es fácil.
Los sondeos indican que el resultado sería un Parlamento sin mayorías y con dificultad para elegir al presidente de la Generalitat.
“No soy muy optimista con que de estas elecciones salga un gobierno estable”, dijo Miguel Rodríguez, un médico de 53 años que también votó en el referéndum de independencia del 1 de octubre, declarado ilegal por la justicia española.
La formación independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) disputará el primer puesto con Ciudadanos, un partido de centroderecha que ha ganado terreno en los sondeos con su defensa de una Cataluña integrada en España y a la que podría beneficiar una participación que superaría el 80 por ciento.
Si los partidos proindependentistas consiguen una mayoría de votos, el gobierno de Rajoy se vería obligado a ofrecer una vía de negociación para calmar las ansias independentistas.
“Independientemente del resultado, es probable que el conflicto disminuya en intensidad y que no se busque una segunda declaración unilateral de independencia”, según un análisis divulgado esta semana por la firma DBRS.
Los partidos independentistas, que hace dos años sumaron 72 diputados de una cámara de 175, lograrían 67 escaños, a uno de la mayoría absoluta, según difundió a principios de mes el gubernamental Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el sondeo más amplio de los realizados hasta ahora.