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Junqueras alejado de independencia unilateral antes de elecciones catalanas


En la imagen, Oriol Junqueras, en una conferencia de prensa en Barcelona.
En la imagen, Oriol Junqueras, en una conferencia de prensa en Barcelona.

El líder encarcelado del principal partido soberanista de Cataluña, Oriol Junqueras, se aleja de su determinación de optar por una independencia unilateral, días antes de unas elecciones regionales que podrían cambiar el curso de la crisis catalana hacia la negociación y calmar los nervios de los inversores.

La deriva independentista ha sumido a España en su peor crisis política desde la vuelta a la democracia en los años 70, llevado a miles de compañías a cambiar su sede social desde la rica región y erosionado las perspectivas económicas de todo el país.

Los sondeos de opinión auguran que los partidos secesionistas tendrán dificultades para retener el poder en las elecciones del jueves, siendo un parlamento fragmentado el resultado más probable.

Junqueras, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ha expresado un tono conciliador.

Junqueras, en prisión preventiva, acusado de rebelión y sedición, ha dicho que continuaría persiguiendo la independencia si se convierte en el próximo presidente de Cataluña, pero que también “tenderá puentes y estrechará manos” con el Estado español.

“Les puedo asegurar que antes que independentistas somos demócratas y que el fin no justifica los medios”, dijo pareciendo renunciar a la secesión unilateral anteriormente defendida por ERC.

Junqueras fue vicepresidente del Gobierno catalán destituido por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en octubre a raíz de una declaración unilateral de independencia en el Parlament, que fue disuelto para convocar comicios anticipados.

Desde entonces, la persecución judicial de los dirigentes cesados ha paralizado la campaña por la independencia y transformado las elecciones del próximo jueves en una de las más extrañas de la historia del país, según los analistas.

El expresidente catalán, Carles Puigdemont, encabeza la candidatura de Junts per Catalunya desde Bruselas, donde viajó para evitar ser detenido, mientras que Junqueras hace campaña desde la cárcel, aunque no está claro si él podrá acudir a la sesión de investidura.

Presión desde Madrid

En los mítines de las formaciones separatistas en Barcelona, muchos de los presentes reconocen a regañadientes que la “opción unilateral” de independencia sin el consentimiento de España ya no es factible.

En su lugar, muchos quieren presionar a Madrid para negociar y ganarse la aprobación de la Unión Europea para una separación negociada.

“No nos permitirán seguir en la vía unilateral. Quizá perderíamos más que ganaríamos”, dijo Carles Ortega, consultor de 58 años, en el principal mítin de Junts per Catalunya en un pabellón deportivo de las afueras de Barcelona en el que Puigdemont habló a través de una conexión por vídeo.

Los últimos sondeos muestran que Esquerra disputará de cerca el primer puesto a Ciudadanos, que encabezado por Inés Arrimadas ha defendido una Cataluña dentro de España, pero no logrará la mayoría absoluta ni siquiera con el apoyo de JxCat y los anticapitalistas de la CUP.

La principal incógnita será qué hará el alto porcentaje de indecisos (más del 25%) en los cuartos comicios en siete años, en los que, según las encuestas, la participación rondará el 80 por ciento de los 5,5 millones de votantes.

Esquerra, que formó una alianza con el partido de centroderecha de Puigdemont en los últimos dos años, superaría en votos a JxCat, que se situaría en tercera posición.

La llave de la gobernabilidad y el partido al que probablemente tratarán de atraer independentistas y unionistas será Catalunya en Comú, donde se integra Podemos y que defiende la unidad pero quiere un referéndum sobre el tema. Su líder, Xavier Domènech, es partidario de una alianza de izquierdas.

“Hay un creciente riesgo de que los partidos proindependentistas se queden cortos y tengan que incluir a Podemos, con lo que tendríamos un empuje más suave hacia la independencia dentro de las instituciones”, dijo Peter Ceretti, analista en Economist Intelligence Unit.

El movimiento seguiría coleando, dijo, y presionaría a Madrid con antiguas demandas en materia fiscal y el reconocimiento como nación en la Constitución en vez de proseguir la nacionalidad propia .

Cada vez hay más catalanes preocupados por que el proceso independentista haya ocultado los demás temas sociales y podría dañar la posición de la rica región mediterránea como principal motor del crecimiento económico e imán para la inversión extranjera.

Junqueras dijo que si fuera elegido presidente regional trataría de acercarse a los votantes contrarios a la independencia.

“Hay que respetar a todo el mundo, que nada une más que el amor y que siempre, ocurra lo que ocurra, hay que dirimir las diferencias democráticamente”, dijo.

Reuters

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