El depuesto presidente egipcio Hosni Mubarak y sus dos hijos, Alaa y Gamal, serán llevados ante la justicia acusados de enriquecimiento ilícito y de las muertes de manifestantes durante las revueltas populares de enero y febrero en Egipto.
La fiscalía anunció este martes en El Cairo que el ex gobernante y sus hijos además de "planificar el asesinato de algunos participantes en las manifestaciones pacíficas de la revolución del 25 de enero” también enfrentan cargos por tráfico de influencias y daños premeditados contra los fondos del Estado.
El ministro de Justicia egipcio Abdel Aziz al Gundi, había dicho previamente que si Mubarak, de 83 años, es hallado culpable podría ser condenado a la pena capital.
Esta es la primera vez que un jefe de Estado comparecerá ante la justicia en ese país, tras haber sido sacado del poder el 11 de febrero luego de protestas en las que según cifras oficiales murieron 846 personas.
Versiones de prensa según las cuales Mubarak pensaba pedir excusas a los egipcios y entregar sus bienes al Estado a cambio de clemencia, desataron la ira de la población, y cientos de manifestantes volvieron a salir a las calles pidiendo "no a una reconciliación con asesinos y criminales".
El ex gobernante se halla hospitalizado en Sharm el Sheij, y sus hijos Alaa y Gamal guardan detención provisional en la cárcel de Tora, en El Cairo. El ejército, que ejerce la autoridad en el país desde el derrocamiento de Mubarak, ha desmentido tener intención de amnistiarlo.
Ayuda del Banco Mundial
El Banco Mundial anunció que durante la cumbre del G-8, que se inaugura este jueves en Francia, concederá a Egipto y Túnez una ayuda de $6.000 millones de dólares con la condición de que ambos países continúen las reformas en curso.
Egypto, el mayor de los dos países, recibirá $4.500 millones, en tanto que otros $1.000 millones de dólares irán a Túnez en adición a medio millón ya anunciado como parte de un paquete de ayuda del Banco de Desarrollo Africano y de donantes europeos.
El Banco Mundial está coordinando los esfuerzos de ayuda a estos dos países con el Fondo Monetario Internacional, y el presidente de EE.UU., Barack Obama, también propuso un paquete multimillonario de condonación de deuda y garantías de préstamos.
De acuerdo con funcionarios del Banco Mundial, la frustración económica jugó un papel para que estallaran las revueltas y por lo tanto es importante mejorar las oportunidades de la población, crear empleos, eliminar la corrupción y hacer otras reformas.