El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto anunció que aplicará todas las cláusulas de la Ley de Emergencia para evitar que se repitan los violentos disturbios ocurridos cuando una turba atacó la sede de la embajada de Israel en El Cairo.
Luego de una protesta en la Plaza Tahrir por la lentitud de los cambios democráticos que la junta militar en el gobierno prometió tras la renuncia del presidente Hosni Mubarak, cientos de manifestantes asaltaron el viernes en la noche la legación diplomática israelí.
Según las autoridades, al menos tres personas resultaron muertas, más de un millar heridas en choques con el ejército y la policía, y hay casi dos decenas de detenidos después del incidente.
Una nota difundida por la agencia oficial de prensa MENA indicó que la Ley de Emergencia, en vigor desde 1981, se mantendrá a pesar de que iba a ser suspendida en breve en virtud de que era uno de los principales reclamos de la llamada Revolución del 25 de enero que echó del poder a Mubarak.
Pese a que la embajada israelí estaba custodiada por guardias egipcios, la turba derribó parte del muro que la protegía, entraron al edificio y lanzaron por las ventanas miles de documentos.
Las autoridades indicaron que en lo adelante los aparatos de seguridad nacional adoptarán las medidas necesarias contra todo acto de violencia y someterán a juicio a todos los detenidos por instigar o tomar parte en el ataque.
Tras el asalto a la sede diplomática, un avión israelí aterrizó en El Cairo para rescatar y evacuar al embajador, a parte del personal diplomático y a sus familiares.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, condenó este sábado el ataque y dijo que el hecho “lesiona profundamente la edificación de la paz con Israel”.
De acuerdo con la cadena de televisión Al Arabiya, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas rechazó la dimisión presentada por el primer ministro egipcio, Essam Sharaf, luego de los incidentes.
El asalto a la embajada agrega mayor tensión a las relaciones diplomáticas de los dos países vecinos, de por sí resentidas tras el derrocamiento de Mubarak, hasta entonces el más cercano aliado de Israel en el mundo árabe.