A medida que se acortan las semanas que restan para los comicios del 6 de noviembre en EE.UU., el presidente Barack Obama y su virtual rival, el republicano Mitt Romney, han intensificado una guerra de anuncios publicitarios que cada vez deja menos espacio al debate de ideas y está haciendo de la campaña en pos de la Casa Blanca un mero ejercicio de rivalidad.
El demócrata y su contrincante republicano han cruzado espadas en numerosos asuntos que van desde el pago de impuestos y el sistema de salud pública hasta acusarse mutuamente de mentir, y mientras Romney ha insistido en su experiencia económica como exitoso empresario, Obama se ha esforzado por hacer ver que sus aciertos han sido personales y no en bien de la nación.
Esta semana un nuevo “spot” de televisión de la campaña de reelección de Obama vincula a Romney con recortes en la educación según el plan de presupuesto defendido por su compañero de boleta, el recién nominado candidato republicano a la presidencia Paul Ryan.
El comercial no menciona a este último por su nombre pero critica a Romney por apoyar planes para reducir la ayuda universitaria a casi 10 millones de estudiantes, que es precisamente lo que según la Casa Blanca sucedería de adoptarse el proyecto de presupuesto defendido por Ryan.
Precisamente en su mensaje semanal este sábado, el presidente retoma el tema de la educación para recalcar que el presupuesto que defienden casi todos los republicanos implicaría “más recortes a la educación para poderles reducir los impuestos a los millonarios y multimillonarios”.
El nuevo comercial de Obama, difundido en los muy disputados estados de Colorado, Iowa, Nevada, Ohio y Virginia, también ataca a Romney por decir que los jóvenes debe tomar dinero prestado de sus padres si lo necesitan para sus estudios superiores o para comenzar un negocio.
La guerra de los anuncios no da treguas, y esta semana la campaña de Romney también empezó a difundir un “spot” que promete fortalecer el seguro médico público para los mayores de 65 años (Medicare) y proteger los programas de asistencia que favorecen a los ancianos, los que ambos candidatos se acusan mutuamente de querer eliminar.
Un locutor dice en el comercial que los votantes de mayor edad han estado aportando parte de sus ingresos para financiar el Medicare con la idea de obtener esa asistencia médica respaldada por el Estado cuando más la necesitan, y acusa a Obama de haber reducido $716 mil millones de dólares de ese programa para pagar por su reforma del sistema de salud.
Recientemente , Romney se apartó de los tópicos más usuales en esta contienda, en su mayor parte relacionados con la economía, los empleos, y los impuestos y dijo que el presidente Obama le ha declarado “la guerra a la religión". El republicano, que es mormón, se refirió a los métodos anticonceptivos con idea de ganarse el apoyo de los electores católicos.
La clave está en que cuando sólo faltan poco más de dos meses para las elecciones, y los sondeos de intención de voto muestran números muy parejos, ninguno de los dos candidatos escatima la oportunidad de abrir fuego contra algo que haya dicho su contrincante.
Defendiendo sus planes de desarrollar fuentes energéticas alternativas, Obama se burló esta semana de Romney por haber dicho que “no se puede manejar un auto con molinos de viento".
Hablando a una muchedumbre de simpatizantes en Iowa, el presidente dijo que si su rival conociera lo que se ha estado haciendo en ese estado sabría que “cerca de 20 por ciento de la electricidad que se consume (allí) proviene del viento, que alimenta a hogares, industrias y empresas de manera limpia y renovable".
Romney, por su parte acusó a Obama de haberle "declarado la guerra al carbón", y arremetió en Ohio contra el presidente por haber dictado nuevas regulaciones ambientales que, según dijo, forzaron al cierre de decenas de plantas de energía.
El demócrata y su contrincante republicano han cruzado espadas en numerosos asuntos que van desde el pago de impuestos y el sistema de salud pública hasta acusarse mutuamente de mentir, y mientras Romney ha insistido en su experiencia económica como exitoso empresario, Obama se ha esforzado por hacer ver que sus aciertos han sido personales y no en bien de la nación.
Esta semana un nuevo “spot” de televisión de la campaña de reelección de Obama vincula a Romney con recortes en la educación según el plan de presupuesto defendido por su compañero de boleta, el recién nominado candidato republicano a la presidencia Paul Ryan.
El comercial no menciona a este último por su nombre pero critica a Romney por apoyar planes para reducir la ayuda universitaria a casi 10 millones de estudiantes, que es precisamente lo que según la Casa Blanca sucedería de adoptarse el proyecto de presupuesto defendido por Ryan.
Precisamente en su mensaje semanal este sábado, el presidente retoma el tema de la educación para recalcar que el presupuesto que defienden casi todos los republicanos implicaría “más recortes a la educación para poderles reducir los impuestos a los millonarios y multimillonarios”.
El nuevo comercial de Obama, difundido en los muy disputados estados de Colorado, Iowa, Nevada, Ohio y Virginia, también ataca a Romney por decir que los jóvenes debe tomar dinero prestado de sus padres si lo necesitan para sus estudios superiores o para comenzar un negocio.
La guerra de los anuncios no da treguas, y esta semana la campaña de Romney también empezó a difundir un “spot” que promete fortalecer el seguro médico público para los mayores de 65 años (Medicare) y proteger los programas de asistencia que favorecen a los ancianos, los que ambos candidatos se acusan mutuamente de querer eliminar.
Un locutor dice en el comercial que los votantes de mayor edad han estado aportando parte de sus ingresos para financiar el Medicare con la idea de obtener esa asistencia médica respaldada por el Estado cuando más la necesitan, y acusa a Obama de haber reducido $716 mil millones de dólares de ese programa para pagar por su reforma del sistema de salud.
Recientemente , Romney se apartó de los tópicos más usuales en esta contienda, en su mayor parte relacionados con la economía, los empleos, y los impuestos y dijo que el presidente Obama le ha declarado “la guerra a la religión". El republicano, que es mormón, se refirió a los métodos anticonceptivos con idea de ganarse el apoyo de los electores católicos.
La clave está en que cuando sólo faltan poco más de dos meses para las elecciones, y los sondeos de intención de voto muestran números muy parejos, ninguno de los dos candidatos escatima la oportunidad de abrir fuego contra algo que haya dicho su contrincante.
Defendiendo sus planes de desarrollar fuentes energéticas alternativas, Obama se burló esta semana de Romney por haber dicho que “no se puede manejar un auto con molinos de viento".
Hablando a una muchedumbre de simpatizantes en Iowa, el presidente dijo que si su rival conociera lo que se ha estado haciendo en ese estado sabría que “cerca de 20 por ciento de la electricidad que se consume (allí) proviene del viento, que alimenta a hogares, industrias y empresas de manera limpia y renovable".
Romney, por su parte acusó a Obama de haberle "declarado la guerra al carbón", y arremetió en Ohio contra el presidente por haber dictado nuevas regulaciones ambientales que, según dijo, forzaron al cierre de decenas de plantas de energía.