Si Estados Unidos no modifica varias medidas en su política fiscal previstas para fin de año, el país podría verse envuelto en otra recesión en el 2013, según el más reciente informe económico de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
Después de que un supercomité bipartidista fracasó en lograr consenso para un plan de reducción del déficit, se prevé que a partir del 31 de diciembre próximo entren en efecto medidas como un recorte generalizado de gastos, y que además expiren los tan debatidos recortes impositivos adoptados durante la presidencia de George W.Bush.
La OPC precisó en su informe que esos cambios de política tendrían la intención de rebajar el déficit para el año fiscal 2013 en casi $500 mil millones respecto a este año.
Según la OPC, si se deja que los recortes tributarios expiren y en enero se recortan los gastos sin contemplaciones –lo que sucedería si el Congreso no actúa antes—ello “conduciría a condiciones económicas en 2013 que probablemente puedan considerarse como una recesión”.
De ser ese el caso y persistir el estancamiento legislativo, la economía sufriría una contracción de 0,5 por ciento, y el desempleo subiría a alrededor del 9 por ciento para fines de año, indicó el estudio.
El informe también proyectó un déficit federal de $1,1 billones para el 2012, el cuarto año consecutivo en que los números rojos del gobierno exceden el billón de dólares.
La oficina congresional previó que la recuperación económica avanzará a un ritmo moderado de 2,25 por ciento en lo que resta del año.
El reporte provocó una fuerte reacción de la Casa Blanca cuyo portavoz Jay Carney, dijo en un comunicado que “en lugar de hacer lo correcto, los republicanos en Washington han escogido duplicar las mismas fallidas políticas que condujeron a la crisis económica”.
Mientras tanto, el comité de campaña del virtual candidato republicano Mitt Romney consideró que el informe es otra acusación “contra las políticas económicas del presidente Obama, que han dado como resultado gastos excesivos, el incremento de la deuda, y una creciente carga financiera que pesa sobre la próxima generación”.
Después de que un supercomité bipartidista fracasó en lograr consenso para un plan de reducción del déficit, se prevé que a partir del 31 de diciembre próximo entren en efecto medidas como un recorte generalizado de gastos, y que además expiren los tan debatidos recortes impositivos adoptados durante la presidencia de George W.Bush.
La OPC precisó en su informe que esos cambios de política tendrían la intención de rebajar el déficit para el año fiscal 2013 en casi $500 mil millones respecto a este año.
Según la OPC, si se deja que los recortes tributarios expiren y en enero se recortan los gastos sin contemplaciones –lo que sucedería si el Congreso no actúa antes—ello “conduciría a condiciones económicas en 2013 que probablemente puedan considerarse como una recesión”.
De ser ese el caso y persistir el estancamiento legislativo, la economía sufriría una contracción de 0,5 por ciento, y el desempleo subiría a alrededor del 9 por ciento para fines de año, indicó el estudio.
El informe también proyectó un déficit federal de $1,1 billones para el 2012, el cuarto año consecutivo en que los números rojos del gobierno exceden el billón de dólares.
La oficina congresional previó que la recuperación económica avanzará a un ritmo moderado de 2,25 por ciento en lo que resta del año.
El reporte provocó una fuerte reacción de la Casa Blanca cuyo portavoz Jay Carney, dijo en un comunicado que “en lugar de hacer lo correcto, los republicanos en Washington han escogido duplicar las mismas fallidas políticas que condujeron a la crisis económica”.
Mientras tanto, el comité de campaña del virtual candidato republicano Mitt Romney consideró que el informe es otra acusación “contra las políticas económicas del presidente Obama, que han dado como resultado gastos excesivos, el incremento de la deuda, y una creciente carga financiera que pesa sobre la próxima generación”.