Millones de estadounidenses abandonaron este martes la seguridad de sus casas para salir a las calles y, entre abundantes medidas biosanitarias, depositar su voto en las urnas de cara a unas elecciones que presagian una participación histórica.
Las primeras urnas abrieron en la Costa Este del país a las seis de la mañana -una hora antes en Vermont- y desde entonces cientos de miles de ciudadanos se han sumado a los más de cien millones que, según la organización US Election Project, ya habían depositado su voto de manera anticipada.
Aunque apenas se han registrado incidentes relevantes hasta el momento, sí se han producido algunas denuncias de irregularidades.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) estaría investigando una serie de misteriosas llamadas automáticas instando a las personas a quedarse en casa el día de las elecciones, reportó la agencia Reuters, citando a un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional. Por otro lado, informa el diario The New York Times, un magistrado ha ordenado a las Fuerzas de Seguridad acudir a doce centros de correos en Washington D.C. donde se estima que aguardan unas 300.000 boletas que no habrían sido procesadas aún.
Sin embargo, más allá de esos dos episodios, por el momento no se han registrado incidentes de gravedad. Autoridades de todo el país se han preparado para posibles choques violentos o actos de intimidación del electorado, algo que no había sucedido a falta de tres horas para que empezaran a cerrar las primeras urnas.
En cuanto a los candidatos, debido a la nueva realidad impuesta por la pandemia, ninguno de los dos regaló a los reporteros la tradicional imagen en el centro de votación, puesto que ambos lo hicieron de manera anticipada. Sin embargo, ninguno de se quedó cruzado de brazos hoy.
El presidente Trump visitó la sede de su campaña en Arlington, Virginia. Allí, el mandatario comentó a los reporteros que "todavía no estaba pensando en un discurso de concesión o de aceptación" y apuntó que “perder nunca es fácil”. Desde el mediodía, su agenda oficial no muestra ningún otro evento previsto.
Por su parte, Joe Biden decidió empezar la jornada en su ciudad natal -Scranton, en Pensilvania- donde visitó el hogar de su infancia y declaró: "Desde esta casa a la Casa Blanca, con la gracia de Dios". El demócrata, que visitó la tumba de su hijo Beau Biden y fue a misa esta mañana, dijo que pasará el resto de su día en Pensilvania.