El congresista republicano por Florida David Rivera pidió al Departamento de Estado en Washington que proporcione información sobre presuntos vínculos nucleares entre Irán y Argentina que habrían sido facilitados por el gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez.
Rivera fue uno de los firmantes de una carta enviada a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, junto con la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, Ileana Ros-Lehtinen, y del presidente del Subcomité de Asuntos Hemisféricos de la Cámara de Representantes, Connie Mack.
“Más que responder a nuestra petición de manera directa y responsible, el único acuse de recibo que hemos tenido fue un comentario del secretario de Estado Adjunto Arturo Valenzuela, quien calificó nuestra demanda de infundada y exagerada”, dijo en un comunicado Rivera.
En la misiva, los legisladores dijeron que estaban preocupados de informaciones recibidas en sus oficinas “sobre los potenciales esfuerzos de Irán de [entablar una relación de] cooperación nuclear con Argentina, empleando a Venezuela como su interlocutor”.
En una nota de prensa difundida el 14 de julio, el Departamento de Estado informó haber recibido la carta y dijo estar alerta “sobre los intereses y el involucramiento de Irán en el Hemisferio Occidental”, sin embargo indicó no tener “evidencia que apoye los señalamientos de que Venezuela actúa como interlocutor entre Irán y Argentina en temas nucleares ni que Argentina ofreciera a Irán acceso a su tecnología nuclear”.
No obstante, Rivera señaló que “el Departamento de Estado debe llevar a cabo una verdadera investigación sobre este asunto o responsabilizarse por no hacerlo”, y puntualizó que si Valenzuela “puede sentirse cómodo ignorando un pedido de miembros del Congreso porque pronto estará dejando su puesto, nosotros esperamos una respuesta de su sucesor, así como también de la secretaria (de Estado) Clinton”.
En un reportaje esta semana sobre el presunto eje nuclear Teherán-Caracas-Buenos Aires, el diario de Miami El Nuevo Herald citó a fuentes no identificadas según las cuales el Departamento de Estado habría recibido información sobre la existencia de proyectos económicos y vínculos financieros entre Irán, Venezuela y Argentina.
El periódico reveló haber tenido acceso a tales documentos en los que –dijo—aparecen “curiosas transferencias de dinero, por montos que suman cerca de $300 millones, vinculados a proyectos agrícolas que en papel habrían sido emprendidos en Venezuela en asociaciones por separado con los gobiernos de Irán y de Argentina”.
Pero como los proyectos no llegaron a ser concluidos en Venezuela , el Herald resaltó que el hecho “genera sospechas sobre la posibilidad de que (las transferencias) estén siendo usadas simplemente como mecanismos de pagos”.
Irán y Argentina mantuvieron un programa de colaboración nuclear desde los años 1980 que fue cancelado en la siguiente década por el gobierno del presidente argentino Carlos Menem, y las relaciones bilaterales se deterioraron al extremo después del atentado en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, en el que han sido involucrados agentes iraníes y del grupo terrorista islámico Hezbolá.
En varias y recientes audiencias legislativas en el Congreso de EE.UU. ha salido a la luz la preocupación de congresistas, expertos y ex funcionarios estadounidense acerca de la estrecha amistad de Chávez con Mahmoud Amadineyad, presidente de Irán, un país cuya política nuclear y nexos con grupos terroristas son vistos con gran recelo por Washington.
La carta de los congresistas sobre el presumible triángulo Teherán-Caracas-Buenos Aires subraya que “con Hugo Chávez como gestor, el régimen de Irán ha ampliado significativamente su alcance a lo largo de América Latina y el Caribe en años recientes”.