El presidente Donald Trump podrá ser el tuitero en jefe de Estados Unidos, pero algunos usuarios de Twitter dicen que está violando la Primera Enmienda de la constitución al bloquear a algunas personas después que hacen comentarios ofensivos.
Los abogados de dos usuarios de Twitter enviaron el martes una carta a la Casa Blanca para exigir que no los bloqueen de la cuenta @realDonaldTrump del presidente.
"Desde nuestro punto de vista, bloquear a nuestros clientes es inconstitucional", escribieron los abogados del Instituto Knight de la Primera Enmienda en la Universidad de Columbia en Nueva York.
La Casa Blanca no ha respondido hasta el momento.
Los tuiteros, un activista liberal y un ciclista -quien afirma que es un republicano registrado-, publicaron y retuitearon muchas quejas y bromas sobre el presidente de Estados Unidos.
Dicen que descubrieron que los habían bloqueado luego de responder a algunos tuits recientes de Trump. El activista, Holly O'Reilly, publicó un video del papa Francisco que mira de reojo a Trump y dijo: "así es como el mundo te ve".
Por su parte, el ciclista, Joe Papp, respondió a la agenda semanal de Trump preguntándole por qué no había asistido a un mitin de sus partidarios y añadió con un hashtag "líder falso".
Bloquear a una persona o usuario en Twitter significa que dicho individuo no puede ver lo que publicas ni responder a tus tuits.
Aunque Trump comenzó a usar su cuenta @realDonaldTrump como persona privada, los abogados del instituto argumentan que lo ha convertido en un foro público al usarlo para hablar sobre políticas e interactuar con los estadounidenses. De hecho, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer dijo el martes que los tuits de Donald Trump eran considerados "declaraciones oficiales emitidas por el presidente".
El director del Instituto de la Primera Enmienda, Jameel Jaffer, comparó la cuenta de Twitter de Trump con rentar una oficina privada e invitar a la gente a las reuniones.
"La cuestión primordial es si un funcionario del gobierno ha abierto un espacio, ya sea público o privado, para expresar distintas cuestiones. Y no hay duda alguna de que Trump ha hecho eso", explicó Jaffer. "La consecuencia es que no puede excluir a la gente sólo porque no le guste lo que le responden o publican de él", agregó.
A los usuarios nadie les notificó que habían sido bloqueados; sin embargo, los abogados sostienen que la conexión que hay entre sus críticas y el bloqueo, es clara.
Cabe aclarar que la queja de los tuiteros es con Trump y su equipo, no con la compañía Twitter Inc. establecida en San Francisco, la cual declinó comentar sobre el tema.