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Reforma migratoria: acuerdos y desacuerdos


La Cámara de Representantes continúa las conversaciones para tratar de llegar a un acuerdo sobre la reforma migratoria.[Mitzi Macias, VOA].
La Cámara de Representantes continúa las conversaciones para tratar de llegar a un acuerdo sobre la reforma migratoria.[Mitzi Macias, VOA].

El miércoles la Cámara de Representantes no llegó a un acuerdo para la presentación de su versión del proyecto de ley, mientras el Senado se prepara para iniciar el debate final de su propuesta este 10 de junio.

La falta de un acuerdo bipartidista en la Cámara de Representantes para avalar un proyecto de ley que reforme el sistema de inmigración de Estados Unidos podría poner en peligro la aprobación final de la esperada reforma migratoria.

Ayer, la manzana de la discordia fue el acceso a servicios federales de salud para los inmigrantes indocumentados amparados por una potencial reforma migratoria, aunque el líder de la Cámara de Representantes, John Boehner expresó este jueves que "se trata de una situación difícil, pero las conversaciones continúan" y que esperan concretar las discusiones para fin de mes.

Especialmente, reiteró Boehner, que la seguridad fronteriza es lo que más interesa al pueblo estadounidense.

Pero, los republicanos en la Cámara de Representantes insisten en que los “nuevos trabajadores” que ingresen a formar parte de la categoría de “estatus provisional de no inmigrante” no deben tener acceso a los servicios médicos y la ayuda que reciben en materia de salud los ciudadanos estadounidenses.

Por su parte los demócratas no aceptan esta condición porque la consideran injusta. Ellos señalan que si los inmigrantes que se acojan a la reforma migratoria deben pagar sus impuestos también deben tener acceso a los servicios.

Otra hipótesis es que los republicanos están tratando de dilatar las discusiones en un contexto donde la actual administración está siendo atacada y presionada por escándalos políticos como el accionar del Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés) o la intromisión del FBI o del servicio de inteligencia estadounidense en llamadas telefónicas amparándose bajo la Ley Patriota.

Los analistas consideran que esta situación marca un futuro incierto para la reforma migratoria porque incluso horas antes de iniciar la discusión en mención, el congresista demócrata Luis Gutiérrez dijo en una reunión con los medios que estaba seguro que se llegaría a un acuerdo, aunque no pudo precisar para cuándo.

Lo que sí reclamó a los periodistas es “por qué solo se fijan en las cosas negativas, cuando la propuesta de ley que evalúa la Cámara de Representantes tiene muchas cosas positivas”, sin detallar los puntos sólo que tenía que ser una propuesta que contemple el camino a la ciudadanía y la reunificación de las familias.

Pero es sabido que el gran desacuerdo entre demócratas y republicanos es el acceso a la ciudadanía condicionado a un mayor control de las fronteras.

El senador republicano Marco Rubio ya había indicado que promocionará el plan del senador John Cornyn para que sea el Congreso quien diseñe el programa del control fronterizo y no lo haga el Departamento de Seguridad Interna.

Además aseguró en declaraciones previas que si ese plan no se incluía en el proyecto de ley difícilmente se aprobaría la reforma migratoria.

En este sentido todos los caminos apuntan a que probablemente la Cámara de Representantes opte por discutir propuestas individuales en relación con la reforma migratoria como aprobación de más y nuevas clases de visas, verificación de trabajadores, DREAM Act para jóvenes soñadores, entre otras, en lugar de presenta un proyecto de ley integral con camino a la ciudadanía.

Al mismo tiempo el Senado y los activistas pro inmigrantes continúan su trabajo de cabildeo para alcanzar los 60 votos que se necesitan para que el proyecto de ley se apruebe en esa primera instancia. Pero ¿qué se hace con una propuesta aprobada por el Senado, pero que carece de la versión de la Cámara con la que debe conciliar?

En este punto se considera que la reforma migratoria podría quedar en el limbo por lo que no sería nada descabellado empezar a apuntar al llamado “Plan B” como mencionó a la Voz de América, Gustavo Torres, director ejecutivo de CASA de Maryland.

“De no aprobarse una reforma migratoria, le estamos pidiendo directamente al presidente Barack Obama que ponga un alto a las deportaciones. El prometió una reforma y si no se consigue el gobierno debe dejar de deportar más personas y seguir separando familias”, dijo Gustavo Torres.
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