El gobierno de Estados Unidos condenó en los términos más enérgicos el "ataque terrorista atroz" que provocó la muerte de decenas de personas y dejó más de un centenar de heridos en el aeropuerto Ataturk de Estambul, Turquía.
A su llegada a Otawa, donde participa en una cumbre sobre cambio climático, el presidente Barack Obama expresó su pesar al gobierno turco por las víctimas y prometió continuar al lado de ese país en la lucha contra el terrorismo.
La Casa Blanca evitó responsabilizar a nadie de manera directa, pero estableció la relación paralela con otros ataques similares del autodenominado grupo Estado islámico.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, destacó que “el aeropuerto internacional Ataturk como el de Bruselas, es un símbolo de los lazos y conexiones internacionales que nos unen".
"Nos mantenemos firmes en nuestro apoyo a Turquía, nuestro aliado de la OTAN y socio, junto con todos nuestros amigos y aliados alrededor del mundo, mientras seguimos enfrentando la amenaza del terrorismo”, añadió Earnest.
En tanto, el secretario de Estado John Kerry, dijo que atacar un aeropuerto es señal de debilidad del grupo Estado islámico, al que se refirió como Daesh.
"Ha pasado más de un año desde que Daesh hizo alguna ofensiva militar a gran escala y eso es porque nuestra coalición no se detiene en todos los frentes", dijo Kerry a los periodistas en el Aspen Ideas Festival, en Colorado.
"Sí, cualquiera puede hacer explotar un aeropuerto, cualquiera se puede inmolar. Esa es la tragedia... Daesh y otros parecidos saben que nosotros no tenemos que equivocarnos 24 horas al día 365 días al año. Ellos tienen que hacer algo bien durante 10 minutos o una hora, así que es una escala muy diferente", apuntó.
Y continuó: "Y si uno está desesperado y si uno sabe que está perdiendo, y sabes que quieres dar tu vida, obviamente se puede hacer daño".
