El presidente Barack Obama dijo este mediodía ante la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Nombrados (NALEO por sus siglas en inglés) en Orlando, Florida, que mientras sea presidente no va a renunciar a cambiar la ley de inmigración.
“La inmigración es lo que nos mantiene fuertes, dinámicos. La actual ley separa familias”, aseguró, para luego referirse a las medidas que anunció la semana pasado, por las cuales ha ordenado cesar las deportaciones de los jóvenes menores de 30 años que quieran estudiar en las universidades del país.
“Debimos haber pasado el Dream Act hace tiempo, pero los republicanos lo bloquearon”, recordó a la audiencia. “La ley no ha cambiado, la necesidad no ha cambiado, sólo cambió la política y yo me niego a ver a los ojos a uno de estos jóvenes y decirles ´mala suerte, así es la política´”.
El discurso de Obama se da un día después de que NALEO escuchara la propuesta del candidato republicano Mitt Romney sobre una reforma migratoria.
En su discurso de ayer, Romney se alejó de la dura retórica anti inmigrantes que mantuvo durante las primarias republicanas y prometió reformar el sistema de residencia permanente para inmigrantes con familias y poner fin a los límites de inmigración para esposas e hijos pequeños.
Refiriéndose a su contrincante republicano solamente como “el disertante de ayer”, el presidente Obama trajo a cuenta que en el pasado “él (Romney) ha prometido vetar el Dream Act y debemos creerle”.
Aunque no son monolíticos en sus ideologías, la mayoría de los hispanos han votado por los demócratas en años recientes. Pero Obama se arriesgaba a perder algún apoyo en gran parte porque los hispanos han sido afectados duramente por la economía. Además, líderes hispanos estaban frustrados con Obama porque éste no había cumplido su promesa del 2008 de reformar la inmigración y porque su gobierno ha deportado a inmigrantes ilegales en cifras récord.
Pero Obama les recordó que “lo que nos une nos hace más fuertes… nos necesitamos unos a otros”.
Terminó su promesa, prometiendo seguir luchando por estas ideas y derrotar a aquellos que dicen “que no se puede. Que no se debe. Pero en Estados Unidos, sí se puede”, dijo en español para el aplauso de los asistentes.
Obama habló horas después de que lo hiciera el senador republicano Marco Rubio, que hasta el anuncio de Obama la semana pasada, estuvo promoviendo un plan que habría lidiado con los jóvenes inmigrantes ilegales de la misma forma en que lo que consiguió Obama administrativamente.
Rubio dijo que “mientras el debate de la inmigración sea un ping pong político que usan ambos lados para ganar elecciones e influir los votos, se los digo, no se va a resolver. Porque hay mucha gente que ha sacado la conclusión de que este tema es más poderoso si no se resuelve”.
“La inmigración es lo que nos mantiene fuertes, dinámicos. La actual ley separa familias”, aseguró, para luego referirse a las medidas que anunció la semana pasado, por las cuales ha ordenado cesar las deportaciones de los jóvenes menores de 30 años que quieran estudiar en las universidades del país.
“Debimos haber pasado el Dream Act hace tiempo, pero los republicanos lo bloquearon”, recordó a la audiencia. “La ley no ha cambiado, la necesidad no ha cambiado, sólo cambió la política y yo me niego a ver a los ojos a uno de estos jóvenes y decirles ´mala suerte, así es la política´”.
El discurso de Obama se da un día después de que NALEO escuchara la propuesta del candidato republicano Mitt Romney sobre una reforma migratoria.
En su discurso de ayer, Romney se alejó de la dura retórica anti inmigrantes que mantuvo durante las primarias republicanas y prometió reformar el sistema de residencia permanente para inmigrantes con familias y poner fin a los límites de inmigración para esposas e hijos pequeños.
Refiriéndose a su contrincante republicano solamente como “el disertante de ayer”, el presidente Obama trajo a cuenta que en el pasado “él (Romney) ha prometido vetar el Dream Act y debemos creerle”.
Aunque no son monolíticos en sus ideologías, la mayoría de los hispanos han votado por los demócratas en años recientes. Pero Obama se arriesgaba a perder algún apoyo en gran parte porque los hispanos han sido afectados duramente por la economía. Además, líderes hispanos estaban frustrados con Obama porque éste no había cumplido su promesa del 2008 de reformar la inmigración y porque su gobierno ha deportado a inmigrantes ilegales en cifras récord.
Pero Obama les recordó que “lo que nos une nos hace más fuertes… nos necesitamos unos a otros”.
Terminó su promesa, prometiendo seguir luchando por estas ideas y derrotar a aquellos que dicen “que no se puede. Que no se debe. Pero en Estados Unidos, sí se puede”, dijo en español para el aplauso de los asistentes.
Obama habló horas después de que lo hiciera el senador republicano Marco Rubio, que hasta el anuncio de Obama la semana pasada, estuvo promoviendo un plan que habría lidiado con los jóvenes inmigrantes ilegales de la misma forma en que lo que consiguió Obama administrativamente.
Rubio dijo que “mientras el debate de la inmigración sea un ping pong político que usan ambos lados para ganar elecciones e influir los votos, se los digo, no se va a resolver. Porque hay mucha gente que ha sacado la conclusión de que este tema es más poderoso si no se resuelve”.