El Departamento de Justicia ha agregado nuevos cargos criminales contra el gigangte chino de la teconología Huawei y dos de sus subsidiarias en Estados Unidos.
Estados Unidos acusa a la compañía de conspirar para robar secretos comerciales.
La compañía es tambien acusada de instalar equipos de espionaje que permitieron a Irán espiar a los manifestantes que en el 2009 protestaron contra el gobierno, y de hacer negocios con Corea del Norte a pesar de las sanciones impuestas por Washington a ese país.
La compañía emitió el jueves un comunicado rechazando los alegatos y calificándolos como “sin mérito”.
El caso se presenta en momentos en que el presidente Donald Trump ha expresado una creciente preocupación por las amenazas a la seguridad nacional por parte de Huawei,la empresa fabricante de equipos de telecomunicaciones más grande del mundo.
Trump está cabildeando con aliados occidentales para que no incluyan a la empresa china en las redes de telefonía celular e internet de alta velocidad.
La acusación adicional, presentada por fiscales en Brooklyn, Nueva York, agrega a los conflictos legales de la empresa en Estados Unidos. Agrega cargos de conspiración para delinquir y conspiración para robar secretos commerciales a una acusación previa en la que se le acusa de mentir a los bancos sobre transacciones que violan las sanciones económicas contra Irán.
Fiscales federales en Seattle, Washington, han presentado una acusación separada por supuesto robo de secretos comerciales contra la compañía, mientras Meng Wanzhou, una alta ejecutiva de Huawei e hija del fundador de la empresa, es acusada de declaraciones falsas a bancos sobre sus relaciones con su subsidiaria en Irán. Ella fue arrestada en Vancouver, Columbia británica, en Canadá, y se está gestionando su extradición a Estados Unidos.
La más reciente acusación, una ampliación de otro caso presentado el año pasado, alega que Huawei estaba conspirando para robar los secretos comerciales y propiedad intelectural de empresas rivales en los Estados Unidos.
En algunos casos, dijeron los fiscales, Huawei reclutó a ex empleados de empresas rivales en un esfuerzo por lograr tener acceso a su propiedad intelectual. La compañía tambien otorgó incentivos a sus empleados para que robaran de sus competidores ofreciendo bonos a aquellos que trajeran la información robada más valiosa, y usó a agentes secretos, incluyendo profesores en centros de investigación para robar propiedad intelectual, dijeron los fiscales.
La información robada incluiría tecnología para probar antenas y tecnología robótica, así como manuales de usuarios para enrutadores de internet. El objetivo del robo, según el Departamento de Justicia, era permitir a Huawei ahorrar en costos de investigación y desarrollo.
En mayo del 2013, según la acusación, un empleado de Huawei que tuvo acceso al laboratorio de una empresa en el estado de Washington, se llevó un brazo robótico en un bolso para computadora. Un ingeniero tomó fotos y medidas del brazo y las compartió con empleados de Huawei antes de finalmente regresarlo a la empresa, según la acusación.
En una feria tecnológica en el 2004, un empleado de Huawei fue encontrado a altas horas de la noche en un puesto de exposición de una compañía tecnológica "quitando la cubierta de un aparato para redes y tomando fotos de los circuitos internos”, dijeron los fiscales. El empleado usaba una credencial que lo identificaba como funcionario de Weihua, o Huawei deletreado con sus sílabas a la inversa.
En otro episodio, un profesor en una universidad china firmó un contrato con Huawei para desarrollar un prototipo de programa para almacenaje de información, luego firmó un contrato con una empresa rival que le ofreció al profesor acceso a su propia tecnología, según la acusación. El profesor nunca reveló su vínculo con Huawei, agregaron los fiscales.
La acusación también enumera los pasos dado por la compañía para camuflar sus relaciones de negocios con Irán y Corea del Norte, refiriéndose a ambos países por nombres codificados.
En un comunicado, Huawei se refirió a la nueva acusación como “parte de los intentos del Departamento de Justicia para dañar irreparablemente la reputación de Huawei y sus negocios, por razones comerciales y no legales.
"Estas nuevas acusciones carecen de mérito y están basadas en disputas civiles recicladas de los últimos 20 años que ya han sido litigadas y arregladas, y en algunos casos rechazadas por jueces federales y jurados”, afirmó. “El gobierno no prevalecerá con estos cargos, que nosotros demostraremos son sin fundamento e injustos”.
Funcionarios de la administración Trump, incluyendo miembros del Gabinete, han esgrimido alegatos de riesgos a la seguridad nacional por parte de Huawei, en un esfuerzo para incentivar a las naciones europeas a prohibir sus equipos de las redes de nueva generación.
El secretario de Estado, Mike Pompeo y el secretario de Defensa, Mark Esper, le presentaron el tema a aliados occidentales durante un viaje a Munich esta semana. El Fiscal General William Barr, en un discurso la semana pasada, lamentó lo que dijo es la aspiración china de dominar económicamente y propuso que Estados Unidos invierta en los rivales occidentales de Huawei.
El asesor de Seguridad Nacional Roberto O’Brien, afirmó esta semana que Huawei puede secretamente monitorear comunicaciones a través de sus equipos de redes que vende mundialmente. La compañía rechaza tal afirmación, diciendo que ni ha espiado, ni jamás espiará en las redes de telecomunicaciones, y que ni siquiera tiene la capacidad para hacerlo.