Los reguladores en Estados Unidos creen que aún es demasiado arriesgado confiar en las pruebas caseras para detectar el coronavirus.
De hecho, autoridades médicas han frenado a compañías que lanzaron rápidamente kits caseros hasta que puedan mostrar que sus productos son capaces de detectar con precisión el virus que ha causado enfermedad y muerte en el mundo.
Hasta el momento la forma en que los estadounidenses pueden hacerse la prueba es en hospitales, clínicas y sitios designados por el gobierno, con una orden médica.
El número de casos confirmados de la enfermedad COVID-19 superaba los 1,2 millones a nivel mundial, con casi 67.000 decesos, de acuerdo con el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
Tan solo en Estados Unidos, había casi 325.000 contagiados y más de 9.000 muertos.
En la mayoría de la gente, el coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. Pero en algunos, sobre todo en adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes, puede causar afecciones más graves como neumonía o incluso la muerte.