En la cocina un jarrón que dice ‘La Guaira’, en la mesa arepas con caraotas y en la sala una hamaca. La presencia de su país, Venezuela, del que emigraron hace más de diez años se siente en el hogar de la familia Garrido en Houston, Texas.
Y también en su voto.
Para Brenda Garrido, de 72 años, la opinión que un candidato tenga sobre Venezuela y lo que proponga en política exterior es un factor decisivo en las elecciones presidenciales.
“Es totalmente prioritario”, dijo Garrido a la Voz de América. Ella llegó hace 16 años a Estados Unidos, siguiendo los pasos de su hija Breyda Villarroel, de 52 años y quien emigró en el 2002 con su hijo Andrés. Desde aquí, Brenda dice que su familia intenta ayudar a su país como se pueda.
“Si el gobierno que vaya a entrar apoya al gobierno que está ahorita en Venezuela, para mí, no vale”, sentenció Brenda.
Andrés Godoy, de 28 años, concuerda con la idea de su abuela. A él, parte del debate político que se está cultivando en estas elecciones le trae un mal recuerdo: “es como un flashback a cómo pasó todo lo que pasó en Venezuela”.
Bernie Sanders, uno de los precandidatos demócratas más fuertes frente a la nominación, se describe a sí mismo como “socialdemócrata”, encendiendo en escena nacional el debate sobre si su ideología tiene o no cabida en EE.UU.
El 43% de los estadounidenses ven el socialismo como algo bueno para su país, según una encuesta de la firma Gallup realizada a principios del 2019.
Para Andrés, sin embargo, las políticas socialistas, como las que promovió el fallecido Hugo Chávez, quien era presidente cuando él y su mamá se fueron de su país natal, son "peligrosas".
“Hay gente que ni siquiera sabe qué es Venezuela y piensa que el socialismo es bueno y eso es por falta de educación”, dijo el joven.
Tanto el presidente Donald Trump, quien aspira a una reelección, como algunos de los contrincantes demócratas de Sanders han atacado al senador, criticando su ideología y rechazando sus comentarios respecto a Cuba, Nicaragua y, por supuesto, Venezuela.
En el discurso sobre el Estado de la Unión, al que Guaidó asistió invitado por la Casa Blanca, Trump unió la política interna de EE.UU. con la estrategia hacia Venezuela: “América nunca será un país socialista”, dijo el presidente, dirigiéndose al líder opositor.
Aunque Sanders ha llamado “tirano” al presidente en disputa Nicolás Maduro, no reconoce a Juan Guaidó como presidente interino del país y ha criticado la dura política de sanciones del actual gobierno hacia Venezuela.
El énfasis que el gobierno Trump ha puesto en presionar la salida del poder de Maduro es algo positivo para Brenda. “El apoyo que nos ha dado este gobierno es totalmente diferente al apoyo que teníamos antes; antes no teníamos apoyo”, dijo la madre de tres hijos.
A nivel nacional, no obstante, Sanders es el candidato demócrata que mejor aprobación tiene dentro de la comunidad latina, con un 57.4%, seguido por la senadora Elizabeth Warren (53.7%) y Joe Biden (40,1%), según una encuesta de Business Insider.
Los venezolanos son el 0.5% de la población hispana en EE.UU. y uno de cada cuatro son ciudadanos, según datos del Centro de Investigación Pew.
Aunque Breyda, la madre de Andrés, concuerda con su familia en que el tema de Venezuela es primordial para depositar su voto, dice estar esperando “a ver cuál es el candidato” que resulta elegido en las primarias. “No están claras las propuestas de los demócratas”, afirmó la venezolana, quien trabaja en un distrito escolar.
Más allá de las políticas, tanto Breyda como su hijo y su mamá concuerdan en algo: votar en Estados Unidos , siendo hispano, es un “privilegio”.
“El hecho de ser latinos nos obliga a dar nuestro aporte. Tenemos el chance de votar, muchos latinos quieren tenerlo, hay que usarlo, no se puede dejar de votar”, dijo Brenda.
Depositar su voto, sabiendo que cuenta, les recuerda a la Venezuela donde todos nacieron, antes de la crisis económica y política que los hizo echar raíces en el norte del continente. En los días de elecciones que vivieron juntos, recuerdan que iban juntos a las urnas, tradición que conservan aquí.
“La primera vez que voté aquí, lloré”, contó la abuela.