Las manifestaciones antiestadounidenses se extendieron este jueves a Yemen, donde unos 2.000 manifestantes enfurecidos irrumpieron en el complejo de la embajada estadounidense en Sanaa, la capital de Yemen.
Pero a diferencia de lo sucedido el miércoles en Bengasi, los manifestantes yemenís si bien lograron incursionar a los terrenos de la embajada, no ingresaron al edificio donde están las oficinas.
Los manifestantes arrancaron el cartel de la embajada del muro exterior y quemaron neumáticos. Una vez dentro del complejo, bajaron la bandera estadounidense y la quemaron.
Algunos medios en Estados Unidos reportaban heridos en ambos bandos y había habido disparos.
Simultáneamente, en Egipto las manifestaciones en las afueras de la embajada estadounidense en El Cairo continuaban activas, pero los grupos eran bastante más reducidos que los días anteriores y eran controlados por la policía, que de vez en cuando lanzaba granadas de gas lacrimógeno para dispersarlos.
Yemen es la base de la rama más activa de al-Qaida y Estados Unidos es el mayor respaldo de la campaña antiterrorista del gobierno yemení. El gobierno anunció el martes que el número 2 de al-Qaida en el país había muerto en un ataque de un avión teledirigido estadounidense.
En Bruselas, el presidente egipcio Mohamed Morsi, que realiza su primera visita a occidente, criticó duramente la película causante de las protestas. "Condenamos fuertemente ... a todos aquellos que lanzan tales provocaciones y a quienes respaldan ese odio", dijo Morsi, y añadió que le había pedido a Obama que ponga fin a esa conducta".
Pero el mandatario prometió no permitir ataques contra embajadas extranjeras en El Cairo, diciendo que el pueblo egipcio rechaza tales "actos ilegales".
Pero a diferencia de lo sucedido el miércoles en Bengasi, los manifestantes yemenís si bien lograron incursionar a los terrenos de la embajada, no ingresaron al edificio donde están las oficinas.
Los manifestantes arrancaron el cartel de la embajada del muro exterior y quemaron neumáticos. Una vez dentro del complejo, bajaron la bandera estadounidense y la quemaron.
Algunos medios en Estados Unidos reportaban heridos en ambos bandos y había habido disparos.
Simultáneamente, en Egipto las manifestaciones en las afueras de la embajada estadounidense en El Cairo continuaban activas, pero los grupos eran bastante más reducidos que los días anteriores y eran controlados por la policía, que de vez en cuando lanzaba granadas de gas lacrimógeno para dispersarlos.
Yemen es la base de la rama más activa de al-Qaida y Estados Unidos es el mayor respaldo de la campaña antiterrorista del gobierno yemení. El gobierno anunció el martes que el número 2 de al-Qaida en el país había muerto en un ataque de un avión teledirigido estadounidense.
En Bruselas, el presidente egipcio Mohamed Morsi, que realiza su primera visita a occidente, criticó duramente la película causante de las protestas. "Condenamos fuertemente ... a todos aquellos que lanzan tales provocaciones y a quienes respaldan ese odio", dijo Morsi, y añadió que le había pedido a Obama que ponga fin a esa conducta".
Pero el mandatario prometió no permitir ataques contra embajadas extranjeras en El Cairo, diciendo que el pueblo egipcio rechaza tales "actos ilegales".