Los esfuerzos del gobierno de Joe Biden por reunir a niños migrantes que fueron separados de sus padres bajo la política fronteriza de tolerancia cero durante la presidencia de Donald Trump ha hecho cada vez más avances a medida que se acerca el final de su primer año.
El Departamento de Seguridad Nacional se aprestaba a anunciar el jueves más tarde que 100 menores de edad, en su mayoría centroamericanos, ya han sido reunidos con sus familias y que otros 350 reencuentros están en proceso.
“Me hubiera gustado que esto ocurriera antes, pero estamos progresando y creo que estamos cobrando impulso”, expresó Michelle Brané, directora ejecutiva del Grupo Operativo para el Reencuentro de Familias.
En su primer día como presidente, Biden firmó una orden ejecutiva para reunir a las familias que fueron separadas bajo la política de Trump, ampliamente condenada, de separar a la fuerza a hijos de sus padres en la frontera entre México y Estados Unidos, como parte de una campaña para desalentar la inmigración ilegal.
El trabajo del grupo operativo se ha visto entorpecido por una serie de factores, como la falta de documentos adecuados sobre las separaciones familiares, la enorme cantidad de casos y el hecho de que muchos padres viven en remotas comunidades de Centroamérica, por lo cual ha sido difícil contactarlos para que se puedan reunir con sus hijos.
En septiembre, la unidad logró reunir a 50 familias cuando el gobierno de Biden anunció una asociación con la Organización Internacional de Migración para acelerar el proceso y creó un portal de internet —Juntos.gov o Together.gov— para que los padres contacten al gobierno estadounidense y trabajen juntos en el proceso de reunificación.
Unos 5.000 menores de edad fueron separados por la fuerza de sus padres bajo el gobierno de Trump, mayormente en 2018, como parte de un intento para usar causas penales para detener los cruces ilegales de la frontera, aun cuando los migrantes se estaban entregando a las autoridades para pedir asilo, lo que es permitido bajo las leyes.
Tras un oprobio generalizado, incluso de políticos republicanos, Trump puso fin a la práctica en junio de 2018, apenas días antes de que un juez ordenara cesar la práctica, en respuesta a una demanda presentada por la Unión Americana de Libertades Civiles.
En una entrevista poco antes del anuncio oficial, Brané calculó que quedan unos 1.150 menores cuyos padres no han sido localizados. El total va variando a medida a que algunos casos se van resolviendo y surgen otros, incluso algunos que son detectados mediante el portal de internet.
“Obviamente no estamos ni cerca del final”, expresó Brané. “Este es apenas el inicio, pero esperamos que las familias se den cuenta de que los reencuentros se están realizando y se animarán a presentarse”.
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