Estados Unidos estableció excepciones para evitar que gobiernos extranjeros, empresas y ONG enfrenten automáticamente sus sanciones por realizar tratos con la Guardia Revolucionaria de Irán, designada recientemente por Washington como un grupo terrorista, según funcionarios del país norteamericano.
Las exenciones, concedidas por el secretario de Estado Mike Pompeo y reveladas por un portavoz del Departamento de Estado en respuesta a unas preguntas de Reuters, significan que funcionarios de países como Irak que pueden tener relaciones con la Guardia Revolucionaria (IRGC, por sus siglas en inglés) no necesariamente verán denegadas sus visas para entrar a Estados Unidos.
Las excepciones a las sanciones estadounidenses también permitirían a ejecutivos extranjeros que hacen negocios en Irán, así como a grupos de ayuda humanitaria que trabajan en regiones como el norte de Siria, Irak y Yemen, trabajar sin temor a que se activen automáticamente las leyes de Estados Unidos sobre tratos con un grupo que es considerado terrorista.
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Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos también creó una excepción a su medida, manteniendo el derecho a sancionar a cualquier funcionario de gobiernos, empresas u ONG que proporcionen "apoyo" a una organización considerada terrorista por Washington.
Pompeo designó al IRGC como una organización terrorista el 15 de abril, creando un problema para los funcionarios o firmas extranjeros que tratan con la organización, y también para diplomáticos y militares de Estados Unidos en Irak y Siria, cuyos interlocutores pueden trabajar con la Guardia.
La medida, que constituye la primera vez que Estados Unidos etiqueta formalmente parte de otro gobierno soberano como un grupo terrorista, generó confusión entre autoridades locales, que inicialmente no tenían directrices sobre cómo proceder y sobre si todavía estaban autorizados a tratar con este tipo de interlocutores, según tres funcionarios estadounidenses.
"El simple hecho de conversar con funcionarios del IRGC (...) no constituye una actividad terrorista", dijo el portavoz del Departamento de Estado cuando se le preguntó qué repercusiones podrían enfrentar países aliados de Estados Unidos si tuvieran contacto con la Guardia Revolucionaria.
"Nuestro objetivo final es lograr que otros estados y entidades no estatales dejen de hacer negocios con el IRGC", agregó el portavoz, que se negó a ser identificado.