A pesar de que el Congreso de EE.UU. decidió postergar el debate de un proyecto de ley contra la piratería en Internet, la sola posibilidad de que la legislación logre ser aprobada a corto o mediano plazo ha destapado una gran controversia tanto dentro como fuera del país.
Varios conocidos sitio en Internet, entre ellos la muy visitada enciclopedia Wikipedia, aunciaron un boicot contra la ley conocida como Stop Online Piracy Act (SOPA, por sus siglas en inglés) cuya discusión en la Cámara de Representantes fue aplaza sin fecha, al margen de que habría que armonizarla con otra versión legislativa del Senado.
El proyecto ha sido fuertemente criticado por grupos defensores de los derechos civiles y firmas importantes de la comunidad electrónica que se oponen a que páginas y contenidos en la red puedan ser objeto, dicen, de control, vigilancia o censura.
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Los críticos de la legislación concretamente alegan que la medida daría potestad al Departamento de Justicia de EE.UU. para investigar cualquier sitio web considerado culpable de reproducir sin permiso materiales protegidos por la ley de derecho de autor.
También sostienen que de ser aprobada la legislación estos sitios podrían ser sancionados, eliminados de sistemas de búsqueda electrónica tan importantes como los de Google y Yahoo, y hasta desconectados.
Desde que fue presentado en octubre pasado por el congresista republicano Lamar Smith, el proyecto ha sido blanco de crecientes críticas por parte de gigantes de Internet como Google, Facebook, Yahoo, eBay, Twitter, LinkedIn y Mozilla, que han advertido que la ley podría vulnerar la privacidad personal de sus clientes.
El punto crucial del debate está a todas luces trabado entre la necesidad de proteger la propiedad intelectual en Internet y a la vez crear mecanismos efectivos de lucha contra la piratería electrónica.
Quienes están a favor de la ley argumentan que es necesaria porque de esa manera EE.UU. podría dotarse de herramientas legales para demandar a sitios web extranjeros que venden entre otras cosas música, películas, y hasta medicinas cuya distribución en el país está protegida o regulada.
Los que se oponen señalan que los usuarios de Internet de todo el mundo serían afectados porque la legislación permitiría bloquear contenidos tentativamente protegidos por derechos de autor en redes sociales como Facebook o el mismo Google, que tienen alojados sus servidores en EE.UU.
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Por lo pronto el gobierno de EE.UU ya medió en la controversia diciendo que aunque cree que “la pirateria online por parte de sitios web extranjeros es un problema serio que requiere una respuesta legal, no apoyará ninguna ley que reduzca la libertad de expresión, incremente el riesgo de seguridad cibernética o mine la dinámica de la innovadora Internet global”.
Según un comentario publicado en el blog de la Casa Blanca, firmado por asesores del presidente Barack Obama, cualquier esfuerzo por combatir la piratería en la red debe también brindar protección contra “el riesgo de censura online”.