Los congresistas demócratas rehusaron aceptar el compromiso hecho por el presidente Barack Obama con líderes republicanos para extender la rebaja de impuestos a todos los estadounidenses, ricos y pobres, por igual.
Los demócratas apoyan sólo las reducciones tributarias para la clase baja y media, como originalmente había defendido el propio presidente, a favor de quienes ganan menos de 200 mil dólares al año y para las familias con ingresos menores a los 250 mil dólares anuales.
Tras alcanzar el acuerdo con los republicanos, Obama dijo que había hecho la concesion de renovar los recortes impositivos también para los más adinerados a fin de proteger al contribuyente de clase media de un aumento fiscal sustancial a partir del próximo primero de enero.
Encabezados por el congresista Peter Welch, los demócratas declararon que se oponen a "acceder a las demandas republicanas para extender las reducciones fiscales (adoptadas durante la presidencia de George W. Bush) para millonarios y multimillonarios”.
En una carta dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, 54 congresistas demócratas dijeron que, además, el plan incrementa demasiado el déficit presupuestario del país.
El legislador demócrata Jim McDermott, lo resumió de manera más escueta: "es un mensaje muy claro. No nos gusta el proyecto".
Al ser rechazado, el acuerdo no podrá ser sometido a votación en los términos convenidos por el presidente, en tanto que en el Senado, el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, dijo que está buscando apoyo para hacer "cambios" al compromiso.
Antes del pronunciamiento demócrata, Obama alertó que un rechazo del acuerdo tendría consecuencias negativas sobre los salarios de los estadounidenses y para la economía en general.
Dijo que el acuerdo estimularía el crecimiento económico en los próximos años con el potencial de crear millones de empleos, y agregó que "si fracasa, pasará lo contrario. Los estadounidenses tendrán salarios más bajos, y habrá menos empleos".
Como parte de los esfuerzos de la Casa Blanca a favor del proyecto, el vicepresidente Joe Biden se reunió con legisladores en la Cámara de Representantes y el Senado para tratar de convencer a los más reacios a aceptar el acuerdo.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el plan de Obama equivaldría a 501 mil millones de dólares menos en ingresos tributarios.