Cientos de soldados que fueron desplegados en la frontera de Estados Unidos con México a principios de este año cuando el gobierno se aprestaba a poner fin a las restricciones de asilo, relacionadas con la pandemia, ahora están regresando a casa.
El portavoz del Departamento de Defensa, el teniente coronel Devin Robinson, dijo a la Voz de América el miércoles que 1.100 de los soldados en servicio activo ya comenzaron a mudarse después de prestar apoyo a los agentes de la Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP, por sus siglas en inglés).
En mayo, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ordenó el despliegue de 1.500 soldados en servicio activo en la frontera para una misión de 90 días para ayudar a los agentes de la patrulla fronteriza. El gobierno anticipó un aumento en los cruces fronterizos y el objetivo de las tropas, según funcionarios estadounidenses, era liberar al personal de la Patrulla Fronteriza para que pudieran operar en el campo.
En ese momento, los cruces fronterizos ilegales estaban aumentando rápidamente, y a los funcionarios les preocupaba que estas incursiones aumentaran aún más con la fecha de vencimiento del 23 de mayo del Título 42, una política fronteriza que bloqueaba el ingreso de migrantes, incluidos los solicitantes de asilo, a EEUU debido al COVID-19.
Pero en junio, la cantidad de cruces cayó al nivel más bajo desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo, según la Casa Blanca.
Para 1.100 de esos soldados, su misión finaliza oficialmente el 8 de agosto. El mes pasado, Austin extendió la misión para las aproximadamente 400 miembros restantes en servicio activo hasta el 31 de agosto, según Robinson.
Las salidas de tropas actuales no incluyen ninguna de los otros 2.300 adicionales de la Guardia Nacional que sirven en la frontera en funciones de apoyo similares, según el jefe de la Guardia Nacional, general Dan Hokanson. La Guardia Nacional informa que rotarán otras unidades a la región para reemplazarlas cuando finalicen sus despliegues.
Las autoridades dicen que Austin quiere que el Departamento de Seguridad Nacional deje de depender continuamente de las tropas militares para ayudar con la protección de la frontera. Austin estipuló en su acuerdo anterior para enviar tropas de la Guardia Nacional a la frontera hasta el 1 de octubre que el Departamento de Seguridad Nacional tenía que trabajar con la Casa Blanca y el Congreso para desarrollar un plan para financiar la escasez de personal.