Negociadores de Estados Unidos y China darán inicio el miércoles a dos días de conversaciones de alto nivel para tratar de zanjar una guerra comercial que dura ya seis meses y debilitó a los dos bandos, sacudió los mercados financieros y empañó las perspectivas de la economía global.
El viceprimer ministro chino, Liu He, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, encabezarán sus respectivas delegaciones para discusiones sobre las quejas de Washington sobre que Beijing obliga a las empresas estadounidenses a transferir sus avances tecnológicos a las empresas chinas y que limita el acceso al vasto mercado de China.
Sin embargo, las probabilidades parecen ir en contra de hallar una solución significativa al enfrentamiento entre las dos mayores economías del mundo esta semana. Quizás lo mejor que se podría esperar, según los analistas, es que las dos partes acepten seguir conversando.
Las diferencias entre Washington y Beijing siguen siendo muy grandes. Estados Unidos exige fundamentalmente que China reduzca sus aspiraciones de convertirse en un líder mundial en campos como robótica y autos eléctricos.
“No creo que sea posible un acuerdo amplio que cambie fundamentalmente su sistema”, señaló Christopher Adams, exfuncionario de comercio estadounidense.