El gobernador de California, Gavin Newsom, emitió la orden el jueves para que los cerca de 40 millones de residentes del estado se queden en sus casas, restringiendo así los movimientos no esenciales y lograr controlar la propagación del nuevo coronavirus COVID-19 que amenaza con desbordar el sistema médico del estado.
El “Shelter in Place”, lo que en español se traduciría como: más seguro en casa o quédese en casa, inicia el jueves a partir de la media noche.
"Este es un momento que necesitamos para tomar decisiones difíciles", dijo Newsom, y agregó: "Necesitamos reconocer la realidad".
La decisión se produce después de que condados y comunidades aledaños emitieron órdenes similares. El gobernador explicó que la duración de la orden refugio en casa es "abierta", (sin límites) que no estipularía fechas y con ello crear falsas esperanzas.
Las personas aún pueden salir de sus hogares para caminar y hacer ejercicio y para necesidades esenciales como alimentos y atención médica. Los restaurantes aún segirán entregando comidas a domicilio.
El gobernador demócrata también anunció que está movilizando a 500 soldados de la Guardia Nacional de California para ayudar con la distribución de alimentos, pero aclaró que su labor en el estado es únicamente por razones humanitarias.
Newsom más temprano en el día le pidió al presidente que desplegara un barco médico de la Marina de EE.UU. con el fin de ayudar al estado a expandir su capacidad médica y advirtió que más de la mitad de los residentes de California podrían contraer el nuevo virus si no se toman medidas urgentes.
El gobernador le pidió al presidente Donald Trump que enviara el buque USNS Mercy Hospital al puerto de Los Ángeles para su uso hasta el 1 de septiembre, en una carta fechada el miércoles. California ha ayudado considerablemente a las personas que regresan a EE.UU. desde otros países y necesita el barco para ayudar a "descomprimir" su sistema de atención médica a medida que aumentan las tasas de infección, escribió Newsom. El barco tiene su base en San Diego.
Newsom dijo que las tasas de infección se duplican cada cuatro días en algunas partes del estado y emitió la terrible predicción de que el 56% de la población de California podría contraer el virus en las próximas ocho semanas.
