Las esperanzas de los estadounidenses de poner fin a sus cuarentenas y regresar de nuevo, al menos parcialmente, a sus trabajos y las escuelas al parecer no mejorarán hasta que puedan hacerse pruebas masivas para conocer la expansión del coronavirus en la población.
El principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, Anthony Fauci, advirtió el domingo que todo dependerá del número de casos de coronavirus en comunidades específicas y de si las pruebas han demostrado que una gran mayoría de personas no están infectadas.
El presidente Donald Trump ha expresado su deseo de abrir la economía de Estados Unidos el 1 de mayo, después de que termine el día anterior la orden de aislamiento y distancia social emitida por el gobierno, pero esa meta no es compartida por los expertos.
Después de un día de Pascua encerrados en sus casas, con una primavera que despunta sin esperanzas inmediatas, millones de personas sin trabajo en espera de un cheque que va a enviarles el gobierno y otros, especialmente los más pobres, dependientes de la caridad para alimentarse, el panorama no es muy alentador.
Estados Unidos registró el domingo 1.514 muertes por coronavirus, según cifras de la Universidad Johns Hopkins. El total de casos en el país asciende a 557.590, con 22.109 fallecidos. Los datos de Johns Hopkins reflejan que solo 2.816.674 estadounidenses se han hecho la prueba del coronavirus, de una población de alrededor de 237 millones de habitantes.
Ha habido problemas con la disponibilidad de test para toda la población, y algunos especialistas han puesto en duda la efectividad de las pruebas que dan resultados más rápidos.
En este sentido, nuevos test de la sangre podrían jugar una función clave para decidir hasta qué punto millones de estadounidenses puedan regresar a sus actividades regulares, pero las autoridades de salud pública advierten que la situación actual de pruebas no reguladas crea una confusión que a la larga trastornarán el camino a la recuperación.
Más de 70 compañías se han inscrito para vender los llamados test de anticuerpos, según los reguladores. Los gobiernos en todo el mundo confían en que las pruebas rápidas, en que solamente se toma una gota de sangre de un dedo, aliviarán pronto las restricciones al identificar a las personas que han contraído el virus y han desarrollado una inmunidad.
Hasta la fecha, la Administración de Medicamentos y Alimentos, FDA, solo ha autorizado los test de anticuerpos de una compañía de diagnósticos de Carolina del Norte llamada Cellex, pero aún no han pasado por una revisión formal.
La Casa Blanca también ha tratado de reducir las expectativas sobre esos test, pero aún está prometiendo que millones de ellos estarán pronto disponibles.
Por lo pronto, Fauci mantuvo el domingo la esperanza de que "al menos de alguna manera" el país podría volver al trabajo y las actividades cotidianas de rutina el próximo mes, pero dijo que es probable que sea diferente en varias partes del territorio estadounidense.