El presidente Gustavo Petro, el primer mandatario de izquierda de Colombia, quien cumple dos años en el poder este 7 de agosto, ha apostado a varias reformas, pero solo dos han salido adelante, mientras insiste en su política de “paz total” que incluye procesos de negociación con diversos grupos armados ilegales.
Sus propuestas ambiciosas a nivel nacional tienen un “balance regular”, mientras que su política exterior tiene resultados “muy flojos”, según analistas consultados por la Voz de América.
Entre sus logros se destacan las reformas tributaria y pensional, "dos éxitos notables", según lo califica Camilo González, profesor en Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana de Bogotá. Aún así, el experto califica de un "balance regular" a la gestión de Petro.
"Ha tenido un balance regular, donde se destacan dos éxitos notables, como la reforma tributaria y pensional, al tiempo que ha tenido la desilusión en términos de reforma laboral y educativa que se han visto truncadas en el legislativo", dijo González a la VOA.
Para el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Externado de Colombia Manuel Rayrán, la mitad del mandato ha estado marcado por el “desgaste” que han generado las denuncias de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
“Creo que eso es un reflejo de un desgaste y de una falta de coordinación y articulación interna entre el gobierno y sus congresistas. No se aprobó la reforma de educación, no se aprobó la de la salud”, agregó el académico.
Política de paz
La intención de Petro de regresar la esperanza de paz a los territorios donde se ha intensificado el conflicto continúa siendo una apuesta arriesgada, considera Rayrán, debido al estancamiento actual del cese al fuego con el el Ejército de Liberación Nacional y porque las negociaciones con el fragmentado Estado Mayor Central (EMC), una disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), no terminan de arrancar.
“A pesar de los tropiezos que han tenido, han llegado a algunos consensos. Es de resaltar que ambas partes, a pesar de un proceso largo, han manifestado la plena voluntad para continuar negociando”, indica Rayrán haciendo referencia a la negociación de paz con el ELN.
Las Fuerzas Militares de Colombia reanudaron las operaciones ofensivas contra el ELN después de vencer el plazo de un cese al fuego el pasado 3 de agosto, que no fue extendido por el gobierno.
Sobre los acercamientos con las EMC, el experto considera que “es interesante” que Petro “se ha mantenido en su apuesta”, pero “le ha faltado más contundencia militar, y ahí está una de sus fallas”.
A nivel internacional
En materia de política exterior, para Laura Lizarazo, analista de riesgo global de Control Risks, aunque Colombia "carece de una política exterior de Estado", en la última década ha iniciado una “transformación importante”.
El principal acierto de Petro en esa materia ha sido “continuar este esfuerzo”. La experta destaca la apuesta del gobierno a mostrar “las ventajas comparativas de Colombia en el escenario internacional" entre ellas el capital natural, los aprendizajes en materia de construcción de paz y la conservación ambiental.
Sin embargo, afirma que “ha fallado completamente" en sus formas personales para promover sus ideales.
“Se ha centrado en la excesiva y desafortunada personalización de las posturas de gobierno en la figura del mandatario, quien no cuida el tono, la claridad o la pertinencia de muchas de sus declaraciones”, dijo Lizarazo.
“Los resultados son flojos”, añadió, a pesar de la retórica constante del presidente, a quien considera que “no se perfila como un líder regional”.
Para el analista político Luis Alberto Villamarín, Petro “no ha tenido ningún acierto” sino “muchos desaciertos”, como romper relaciones con Israel, generar “un clima de tensiones con los países del primer mundo”, "defender el narcotráfico" y mantener “una actitud dubitativa y pro rusa en la invasión a Ucrania”.
Restablecimiento de relaciones con Venezuela
Aunque los expertos coinciden en que el restablecimiento de relaciones con Venezuela ha sido un gran acierto debido a la separación de los asuntos políticos de los económicos, los avances han sido "lentos”.
Según Lizarazo, “no están a la altura de los discursos iniciales”, pues hay “avances tímidos” en materia tributaria, fitosanitaria y otros asuntos de cooperación técnica, indispensables para “potenciar los intercambios comerciales”.
En eso coincide Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, quien señala que “hay muchos temas que no logran materializarse”, sobre todo en la dinámica de la zona fronteriza y migratoria.
Rodríguez considera que es preocupante que el presidente “haya asumido el discurso en materia migratoria del régimen venezolano, que los venezolanos están regresando, lo cual no es cierto”.
Aunque ha habido recuperación comercial, se está “muy lejos de la meta”, señaló Rodríguez, y la seguridad sigue siendo “uno de los puntos más frágiles”. La apertura de la frontera y particularmente la reanudación de rentas criminales “han significado un escalamiento de violencia en el área sin un adecuado acompañamiento de las autoridades ni nacionales ni locales”, añadió.
Villamarín, por su parte, señala que el restablecimiento de relaciones con el país vecino es un desacierto, ya que “Maduro es cómplice del terrorismo internacional”.
“En lugar de meter en cintura a la narco-dictadura de Venezuela por su apoyo permanente a las guerrillas colombianas, [Petro] acude a ellos como mediadores”, agrega Villamarín.
Respecto a la relación diplomática y política de alto nivel, Lizarazo indica que Petro tiene por delante “un desafío de precisión quirúrgica” para equilibrar los intereses de Colombia (negociación de paz con grupos armados con presencia en Venezuela) con la “obligación política (e incluso ideológica) de condenar las acciones autoritarias del régimen de Maduro”.
Por su parte, Rayrán señala que en medio de la coyuntura, “el presidente está haciendo una apuesta muy arriesgada a través del diálogo para una transición que podría representar un costo político enorme si eso no sale bien”.
Colombia y EEUU
Gimena Sánchez Garzón, directora de los Andes de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), afirmó a la VOA que la relación entre Colombia y EEUU, en general, sigue estando “muy bien".
"Los fondos están yendo, hay mucho intercambio, muchos aspectos de Colombia que siguen siendo como el modelo”, dijo Sánchez Garzón.
En la misma línea, Lizarazo cree que la relación bilateral continua “bajo un enfoque de pragmatismo, con una interlocución fluida y nuevos esfuerzos de diversificación temática”.
Las nuevas prioridades políticas y discurso del presidente Gustavo Petro “no han generado un distanciamiento con Washington”, considera la vocera de Control Risks. Además de combatir el cambio climático y abordar la migración irregular en el hemisferio, ambos gobiernos “ahora buscarán frenar la demanda de narcóticos con un enfoque holístico”, agregó.
Sin embargo, Sámchez señaló que la administración Petro ha sido diferente a las previas, pues en ocasiones no presenta de manera clara sus políticas o lo hace tardíamente, por ejemplo, en lo que respecta a la política antidrogas o la paz total.
Además, “ha descuidado” el lobby con miembros del congreso y “eso causó un poco de distancia”. Por otro lado, cree que hay mucha retórica en términos de paz, derechos humanos, inequidad, pero sin materializarse.
“Petro ha sido vacilante” en la relación con EEUU, dijo Villamarín, y no ha habido gestión en los puntos sobre el aumento del flujo comercial entre los dos países, en especial las ventas para atraer dólares.
En estos dos años que le quedan al gobierno del presidente, los analistas coinciden en que el mandatario afronta un gran reto para sacar adelante las reformas sociales y las negociaciones de paz, en medio de un ambiente político complejo, y debe trabajar en los acercamientos y tener más claridad en las relaciones internacionales.
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